La rentabilidad de la cría depende de varios números, a saber: Porcentaje de destete, peso y precio de venta de los terneros, costos (alimentación, sanidad, personal). Teniendo una escala adecuada el principal costo (o inversión) normalmente es el sanitario, que incluye los honorarios profesionales del veterinario y los productos, siendo la vacuna aftosa entre ellos un costo importante.

el principal objetivo para alcanzar el mejor negocio es apuntar a tener un ternero por año de cada vaca en servicio

En cuanto a los ingresos, obviamente el precio de venta está directamente relacionado al éxito de nuestro negocio, y en este caso puede recomendarse hacer una pequeña recría, si el campo lo permite, para darle mejor peso y/o correrse de la época de mayor oferta.

Pero el principal objetivo para alcanzar el mejor negocio es apuntar a tener un ternero por año de cada vaca en servicio. Obviamente que es imposible llegar al 100% de destete, pero aquellos planteos exitosos presentan valores de destete superiores al 80/85% a través de varios años. Y este índice, como el peso de los terneros, está directamente relacionado al manejo nutricional.

Una vaca que se preña tarde es cola de parición y llegará tarde al servicio del próximo año; a la segunda o tercera campaña quedará vacía. Una vaca vacía come todo el año similar a la que nos da un ternero, y su inversión en sanidad y personal también es igual. Este último año se vendieron muchas vacas por la demanda de China, si realmente se descartaron estos vientres los índices nacionales deberían mejorar.

Es necesario monitorear la condición corporal (CC)

Para un manejo adecuado de la alimentación se monitorea con la observación del estado o condición corporal (CC) de las vacas durante su ciclo productivo.

Es imprescindible, según los especialistas, hacer monitoreo de la condición corporal en cuatro momentos del año como mínimo: tacto, parto, inicio y fin de servicio. Una buena CC al parto y ganancias de peso moderados después del parto hasta inicio del servicio garantizan buenos índices de preñez. Esto es mucho más importante en vaquillonas de segunda parición.

Una inversión apropiada sería separar, por ejemplo, a las de regular estado unos seis semanas antes del servicio, y darle un buen lote y/o suplementos para que alcancen a las de buena condición corporal.

Una carga adecuada

Si nuestra rentabilidad la queremos definir en $/ha, la carga es fundamental: a mayor carga mejora nuestro negocio pero tenemos que indicar que el riesgo es mayor, ya que un año seco, de poca producción de pasto, inundación, fuego o cualquier contingencia que nos baje la oferta forrajera el daño a la producción y a la rentabilidad se magnifica.

Lo ideal es apuntar a una carga alta pero teniendo un “seguro forrajero”: lote en el alto de alfalfa para rollo o consumo directo, lotes para hacer rollos de avena granada, verdeos etc. La zona nos marcará el riesgo y el “seguro” indicado, así como la época de servicio más apropiada.

(*) Gerardo Gallo Candolo es Ingeniero Agrónomo y Periodista Agropecuario; asesor y administrador de empresas agropecuarias y analista del sector en medios periodísticos: Radio Mitre, Radio Cooperativa y Canal 26.