Hoy se cumplen 12 años del fallecimiento de Aurelio "Shalako" Gramajo. Un personaje increíble, que formó parte de los escenarios más importantes del folklore argentino, una excelente persona, un artista que danzaba con su gran cultura del monte. Su formación artística fue forjada en las peñas, en los escenarios y en la calle. El Shalako, como se lo reconocía en el ambiente, formó parte de la agrupación “La Chacarerata Santiagueña”,  grupo folclórico liderado por su hermano, Juan Carlos “El Ñato” Gramajo.

El Shalako, junto a su hermano fueron miembros de una reconocida familia de luthiers bombistos. Recibió ese nombre debido a su arte de campo para danzar, un estilo que no reconocía academias, pero que mucho tenía que ver con el monte santiagueño.

Fue un gran protagonista de los festivales del interior del país, como Cosquín (consagración en 1987), La Chacarera de Santiago, Jesús María, La Salamanca, Baradero y tantos otros, que los vieron trasladar el reconocido “patio e'tierra” santiagueño a esos escenarios. Además, era muy frecuente verlo como invitado en recitales de folclore, en shows en las peñas y en los espectáculos callejeros.

Valses, chacareras, zambas y gatos del estilo de “A mi madre”, “A mi canasto de mimbre”, “Zamba de un sentir”, “Chacarera del Cachilo”, “La Ceferina”, “Fiesta en Mailin”, “A mis paisanos santiagueños” y “Que lindo es ver a mi mamá”, son clásicos en la versión de la Chacarerata.

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