EDITORIAL

¿Es justo el salario de los trabajadores rurales?

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) una remuneración justa debe bastar para proporcionar un nivel de vida decente a los trabajadores y sus familias. Teniendo en cuenta esa definición universal, ¿qué respuesta le daría usted a esta pregunta inicial?

Por Jorge Pirotta | 14-08-2022 05:07hs

El Convenio 131 de la OIT sobre la fijación de salarios mínimos, de 1970, establece, en su artículo 3 inciso (a), que entre los elementos que deben tenerse en cuenta para determinar el nivel de los salarios mínimos deberían incluirse las necesidades de los trabajadores y de sus familias habida cuenta del nivel general de salarios en el país, del costo de vida, de las prestaciones de seguridad social y del nivel de vida relativo de otros grupos sociales. ¿Considera usted que esto se tiene en cuenta en nuestro país? ¿Específicamente en el sector rural?

En nuestro campo, la categoría de “Peón General” es la base para el cálculo de todas las demás categorías. Hay que decir también que, por razones que usted entenderá, es la categoría más numerosa. Son contados los casos en los que lo peones generales no tengan también funciones de tractorista, alambrador u operario de mantenimiento de maquinaria, entre tantas otras funciones para las que se requiere especialización y, consecuentemente, mayor nivel de remuneración.

Al momento de publicar esta nota, el salario de bolsillo del Peón General es de unos 52 mil pesos, exactamente la mitad de los 104 mil pesos que el INDEC estima que necesita una familia tipo para no ser pobre. Pero el sueldo de agosto, que los trabajadores y trabajadoras rurales deberían cobrar en los primeros días de septiembre, se elevará a unos 68 mil pesos, dado que se acordó en la Comisión Nacional de Trabajo Agrario (CNTA) un incremento del 30% para este mes, al que se sumarán un 12,5% en octubre y otro 12,5% en diciembre, es decir, un 55% en total.

La actual conducción de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) afirmó hace unos días en un comunicado firmado por su secretario general, José Voytenco, que había obtenido un 70% de aumento, porque sumó a este 55% escalonado el 15% obtenido entre junio y julio. Obviamente, algo es mejor que nada, pero se intentó mostrar como un gran logro lo que, en concreto, ubica al aumento obtenido por debajo de la inflación acumulada entre enero y julio que llegó al 46,2% según cifras oficiales publicadas por el INDEC … y falta sumar la inflación de agosto.

Es innegable que, al paso que vamos, va a ser muy difícil que el 70% de aumento supere la inflación de todo el año. Pero, seamos optimistas, supongamos que lo logra. ¿Esto haría que los salarios de los trabajadores rurales sean justos? ¿La lucha sindical por las mejoras salariales consiste en empatar o ganarle por poco a la inflación? ¿Usted qué opina?

Se intentó mostrar como un gran logro lo que, en concreto, ubica al aumento obtenido por debajo de la inflación acumulada entre enero y julio que llegó al 46,2% según cifras oficiales publicadas por el INDEC … y falta sumar la inflación de agosto

Definitivamente, yo opino que limitar de esa manera la discusión salarial es un tremendo error y una muestra de incapacidad dirigencial.

¿Es la inflación el principal problema contra el que deben luchar quienes representan los intereses de los trabajadores? NO. El principal problema que tenemos los trabajadores y que nuestros representantes deberían enfrentar con decisión, inteligencia y fuerte convicción es LA DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO.

LOS SALARIOS DE LOS TRABAJADORES RURALES NO SON JUSTOS porque no cumplen con los requisitos básicos de asegurar un nivel de vida decente a sus familias, no contemplan el real costo de vida y mucho menos el nivel de vida real de otros grupos sociales, especialmente aquellos que gozan de privilegios insultantes.

Hace tiempo que vengo pregonando, sin éxito hasta ahora, ante los dirigentes gremiales, que la verdadera discusión salarial debe centrarse en la incidencia real de los salarios en cada una de las actividades y la compensación monetaria debe ser acorde con el aporte de los trabajadores y con la capacidad empresaria dada por la rentabilidad del negocio que conduce.

¿Cuál es el coeficiente de utilización de mano de obra en cada una de las actividades de nuestro campo? ¿Quién tiene esa información actualizada? Porque, si bien el avance tecnológico produce eliminación de puestos de trabajo, también produce la creación de nuevos puestos, más calificados, pero, en definitiva, el trabajo humano sigue siendo imprescindible para la producción agropecuaria. Por eso es tan importante contar con la información que menciono. Pero esa información, si existiera, no es pública, porque no existe.

Para obtener esa valiosa información habría que trabajar en equipos multidisciplinarios, con participación de profesionales, investigadores y dirigentes que conozcan en la práctica la realidad en cada región y actividad rural.

Solo así estaríamos en condiciones de discutir salarios desde el punto de vista, no solo de la necesaria dignidad que los mismos deben aportar a la familia rural, sino también desde las reales posibilidades de compensar el esfuerzo y muchas veces el sacrificio que realizan hombres y mujeres en el trabajo agrario, comparado con la rentabilidad que la actividad agropecuaria genera a los empresarios.

Los salarios de los trabajadores rurales no son justos porque no cumplen con los requisitos básicos de asegurar un nivel de vida decente a sus familias

Es muy común escuchar los lamentos de los productores agropecuarios. Sin embargo, la realidad es que al sector agropecuario ni la pandemia lo frenó. Año tras año se producen avances en la producción, la tecnología, la genética y la organización de la producción. Pero todo ese crecimiento no se refleja en el salario de los trabajadores que hacen posible ese avance.

Con esta nota, inicio una serie de artículos que intentan contribuir a la discusión de este tema fundamental para los trabajadores, particularmente para quienes trabajan en el campo. Pero en esta nota no quiero citar cifras, no sería responsable, ya que justamente planteo la lamentable falta de información calificada. Quisiera estimular a aquellas personas que cuenten con información sobre esta cuestión para que puedan acercarla y, con muchísimo gusto, la publicaremos. Nuestro correo electrónico es direccion@elagrario.com

Los trabajadores rurales deberían estar entre los mejores pagos del país. Fueron de los pocos sectores que siguieron trabajando normalmente durante la pandemia. Son los que aseguran la alimentación de los argentinos y la posibilidad del ingreso de divisas por las exportaciones agropecuarias.

¿Por qué pagar salarios miserables cuando se puede pagar el triple o más sin ver afectada la rentabilidad empresarial? ¿Son amarretes los productores? ¿Es una herencia de la vieja cultura pseudo feudal de los “patrones de estancia” y de aberraciones como el derecho de pernada?

Y si los trabajadores no gozan de un salario que les permita brindar una vida decente a sus familias, ¿no quedan relegados a una segunda categoría social? ¿Acaso son distintas las necesidades de los hijos de una familia trabajadora que los hijos de una familia empleadora?

Los trabajadores rurales deberían estar entre los mejores pagos del país

Yo conozco empresarios agropecuarios que les pagan muy bien a sus trabajadores, que les dan un sinnúmero de beneficios por encima de lo conveniado, que los tienen contentos y comprometidos con los logros de sus emprendimientos. Y como si eso fuera poco, estos empresarios siguen creciendo y apostando al avance tecnológico y a la reconversión productiva cuando las condiciones del mercado así lo exigen.

Pero, lamentablemente, este tipo de empresarios todavía son una minoría. Pareciera que todavía hay más “patrones de estancia” que verdaderos empresarios agropecuarios. Sé que muchos jóvenes están cambiando la manera avara y desconsiderada de tratar a los trabajadores negándoles la posibilidad de un salario justo.

Tengo la esperanza puesta en que las nuevas generaciones, tanto de empresarios como de dirigentes gremiales, trabajen mancomunadamente para la conformación de una sociedad moderna, con desarrollo económico y justicia social. El campo argentino y nuestras economías regionales pueden ser el terreno fértil para ese cambio que la Argentina necesita y la dignificación de la familia rural también.

Más noticias

Cortes de calles y avenidas por la marcha de la CGT y CTA en el centro porteño

Los precios de la carne vacuna registraron valores estables

Bahillo encabezó la primera reunión técnica con los equipos de la Mesa de Enlace

Biden promulgó su ley clave para el cambio climático y la salud con impuestos a empresas

San Martín, una reivindicación a la soberanía y a la unidad latinoamericana

Anunciaron segmentación tarifaria para energía eléctrica, gas y agua corriente