Diversidad biológica y cultural

SemillAR, no es un superhéroe, pero va al rescate de las semillas nativas

Se trata de un programa para rescatar las semillas nativas y criollas para la producción y dar impulso a organizaciones de la agricultura familiar, a cooperativas y a asociaciones que las produzcan.

Por Marisa Massaccesi | 03-05-2021 02:00hs

Con el objetivo de "recuperar y multiplicar la diversidad biológica y cultural, y revalorizar el rol de agricultoras y agricultores como guardianes de las semillas", la Secretaría de Agricultura Familiar Campesina Indígena (Safci) promueve, por primera vez desde el Estado Nacional, la producción y el rescate de semillas nativas y criollas a través del programa SemillAR.

Alberto Chiavarino y Verónica Lozano, coordinador nacional de SemillAR y asesora de la Secretaría e integrante del equipo coordinador, respectivamente, informaron que "el programa pretende estimular a organizaciones de la agricultura familiar, a cooperativas, a asociaciones que produzcan semillas nativas y criollas y que su surgimiento está relacionado con reclamos históricos de las organizaciones de la agricultura familiar".

Argentina cuenta con otras experiencias similares de producción, intercambio y resguardo de semillas, como iniciativas con Casas de Semillas y Ferias de Intercambio, que generan espacios de encuentro y formación que se constituyeron como lugares de las comunidades para almacenar, conservar y recuperar sus semillas.

"Nosotros aspiramos a que de punta a punta de la Argentina todos aquellos productores de semillas, los que hacen intercambios de la semilla, o que tienen una venta a lo mejor no habilitada, puedan dar un paso importante, ir cubriendo un espacio mayor en la producción, en el cuidado y ampliación de la diversidad de semillas", expresó Chiavarino.

El intercambio de semillas representa una forma de conservar las especies. Eso se debe a que al aumentar el número de personas que resguardan e intercambian dichas semillas aumentan, consecuentemente, las posibilidades de conservación de las especies representadas en esas semillas. Además, el intercambio permite a los agricultores acceder a variedades criollas que se encuentran fuera del circuito comercial/formal de semillas y a aumentar, de esa manera, la diversidad de los agroecosistemas.

Un tema que genera preocupación es la pérdida de variedades nativas y criollas que dejan de ser sembradas o conservadas por los agricultores, debido a la función que cumplen en la conservación de la biodiversidad y la adaptación a las condiciones ambientales locales. El hecho de que más de un agricultor conserve determinada variedad criolla disminuye las posibilidades de pérdida de dicha variedad en la zona.

Concentración y alimentación

"La humanidad concentra en pocas especies la producción y la alimentación: el 80% de la alimentación se basa en ocho o nueve especies del mundo, de las 200 mil especies vegetales que había hace muchísimos años, es decir, se fue concentrando de esta manera; esto es un riesgo muy grande y es una debilidad", expresó el coordinador de Semillar

Los saberes expresados por los agricultores resultan imprescindibles para conservar correctamente las semillas. Por lo tanto, es posible afirmar que los saberes de los agricultores familiares representan pilares fundamentales para la conservación de las semillas criollas.

En tanto que, Lozano, agregó que “no sólo se achicó la cantidad de cultivos, sino que en cada uno de esos cultivos se perdió variabilidad, vemos que en esos cultivos en que se termina sustentando gran parte de la alimentación mundial, tienen menos capacidad de adaptación a los cambios".

Cabe destacar, que un relevamiento realizado por el equipo técnico del programa durante la pandemia, dio como resultado "más de 500 experiencias en todo el país, de familias y de organizaciones que producen, multiplican y conservan semillas", señaló Chiavarino.

Escenario actual

Un tema que genera preocupación entre quienes se dedican a la producción y el rescate de semillas nativas y criollas, es que "sienten que están en la ilegalidad, debido a que la ley vigente de semillas no permite comercializarlas, sin registrarse”, agregaron los responsables del programa.

Co este escenario, Lozano expresó que "esto no es fácil para nadie, entonces lo que pasa es que todo el mundo siente que está haciendo algo que la ley no permite, lo que es falso porque tanto nuestra ley de Agricultura Familiar, como los tratados internacionales que Argentina firmó, buscan revalorizar este rol histórico de las comunidades en la producción de semillas”.

Por otra parte, cabe recordar que, la Ley 27.118 de Reparación Histórica de la Agricultura Familiar, sancionada en 2014 y que aún espera por su reglamentación, contempla en su artículo 26 la creación de Centros de Producción de Semillas Nativas (Ceprosena) que tienen como objetivo registrar, producir y abastecer de semillas nativas y criollas a nuestro país.

 

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