Medio ambiente

Sistemas agrícolas: técnicas sustentables para aumentar la productividad

Cómo mitigar el impacto del cambio climático y maximizar el rendimiento de las producciones agrícolas. Recomendaciones a tener en cuenta.

Por Natalia Marchesi | 27-05-2020 05:46hs

La agricultura, la ganadería y los cambios en el uso de la tierra aportan casi un tercio de las emisiones de los gases de efecto invernadero (GEI) de acuerdo con el Quinto Informe de Cambio Climático realizado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).

En este sentido, es importante destacar el rol que cumple el sistema agrícola, ya que, de acuerdo con el director del Instituto de Suelos del INTA CastelarMiguel Taboada, puede reducir la emisión neta de gases de efecto invernadero y a la vez incrementar su rendimiento. Para ello, es esencial incorporar las mejores prácticas de manejo de suelos y cultivos, como las rotaciones de cultivos, la disminución de la erosión hídrica y eólica y la desertificación, la siembra directa, la nutrición de suelos y cultivos con tecnología de fertilización apropiada, la integración de agricultura con ganadería, entre otras prácticas.

Gracias a las mismas se puede lograr una menor emisión de gases de efecto invernadero, mejor captura de carbono en los suelos, más eficiencia en el uso del agua, mayor diversidad y actividad biológica en los suelos y uso apropiado de agroquímicos. 

Impacto del cambio climático en el sector agropecuario

Taboada explicó que los países de Latinoamérica presentan diversas amenazas de origen climático como son "los riesgos de exposición a daños, las vulnerabilidades que afectan a las poblaciones y los ecosistemas y, por último, las oportunidades".

En este punto, remarcó que la mayor amenaza es el ascenso de las temperaturas medias y de los mínimos diarios con noches más cálidas, los eventos extremos como olas de calor, menor número de días con heladas, sequías e inundaciones,junto con el impacto del estrés térmico e hídrico para cultivos y ganado, la carencia de agua por deshielo, las pérdidas de cultivos y hacienda por los procesos erosivos y el aumento de la propagación de plagas y enfermedades.

En referencia a las vulnerabilidades, los elevados índices de pobreza, la pérdida de bosques y pastizales y la falta de marcos regulatorios o de cumplimiento efectivo de la Ley por parte de algunos países pueden agravar los daños y reducir la capacidad de resiliencia.

Sin embargo, existen también oportunidades o aspectos positivos en el cambio climático que pueden beneficiar a las producciones agropecuarias, como la tropicalización de las regiones que favorecen el cultivo de especies megatérmicas o el incremento de las lluvias, que, dependiendo de las condiciones, pueden favorecer el desplazamiento o aumento de las áreas de cultivo.

Acciones para disminuir el impacto del cambio climático

En pos de mitigar el cambio climático, se deben tener en cuenta determinadas medidas estructurales, sociales e institucionales.

Con respecto a las estructurales, se encuentran las que precisan el uso de ingeniería y cambios en el entorno físico, por ejemplo la construcción de sistemas de riego o bombeos de agua, y las que necesitan un manejo del ecosistema en pos de la conservación de corredores biológicos, migración de especies en peligro de extinción, forestación, manejo de tierras protegidas, etc.

De igual modo, para lograr una mejor gestión de los cultivos, la ganadería y el pastoreo es fundamental incluir opciones tecnológicas de insumos y de procesos, como la incorporación de nuevas variedades y tipos de cultivos y animales, mejoras genéticas, el traslado de áreas de cultivo, cambios en las fechas de siembra y adopción de germoplasmas adaptados.

Conjuntamente, se destaca la eficiencia de los sistemas de cultivo para optimizar la conservación del agua, la captura de nitrógeno de la atmósfera, el reciclaje de residuos, las producciones integradas, los sistemas agroecológicos, el control biológico de plagas, la eficiencia del uso del agua en áreas de secano y regadío, reutilización de agua de drenaje y fertirriego, ajuste de la carga animal, distribución de aguadas, entre otros beneficios.

Acerca de las medidas sociales, es clave desarrollar mapas de riesgo y vulnerabilidad, sistemas de alerta temprana y respuesta, monitoreo y uso sistemático de sensores remotos,como así también fomentar las prácticas de conservación del suelo y el agua, junto con la integración de los conocimientos tradicionales aportados por los productores.

Finalmente, dentro de las medidas institucionales,son fundamentales las económicas, tales como el pago por servicios ecosistémicos, las vinculadas a regulaciones regionales, nacionales o municipales para el uso de las tierras y los derechos de propiedad y tenencia, y las que resguarden el uso de los recursos de suelos, aguas y vegetación.

Fuente: INTA

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