RECOMENDACIÓN A PRODUCTORES

Trigo: anticiparse en negocio

Por Gerardo Gallo Candolo | 06-06-2020 10:30hs

De las plagas que sufren habitualmente los cultivos extensivos que no permiten alcanzar su rinde potencial las malezas ocupan el primer lugar y, posiblemente, uno de los más difíciles de bajar su daño al mínimo, luego estarían los insectos y…¿las enfermedades?

Las enfermedades algunos años pueden restar poco y otros años hacernos perder prácticamente todo el potrero. La pérdida económica se puede dar no solo por la falta de cosecha sino también por la pérdida de calidad que la hace económicamente inviable. En caso que nuestro trigo sea para semilla esto es más notorio.

Cuando seleccionamos los cultivares de trigo para esta campaña no nos tentemos a elegir solo los de mejor rinde y calidad panadera, también hay que darle una mirada a la resistencia a las principales enfermedades que se puedan presentar, como royas y Septoria. Entonces un primer consejo sería “nunca todos los huevos en una misma canasta”; es decir nunca una sola variedad para distribuir riesgos de posibles enfermedades.

Los hongos que enferman nuestro cultivo pueden llegar por el aire, (hongos que pueden venir de muy lejos o de un campo vecino por el viento), estar presentes en nuestro lote en malezas o en el rastrojo del cultivo anterior; o incorporarlo al potrero con la propia semilla. En este último caso para que ello no ocurra es necesario un correcto curado de la semilla.

El tratamiento de la semilla tiene un costo actual según los especialistas entre 6 a 25 dólares por hectárea, y para que ese tratamiento sea eficiente debemos tener un diagnóstico de los patógenos presentes en la semilla; entonces el segundo consejo: una muestra de semilla de cada cultivar al laboratorio para identificarlos. Utilizar el tratamiento más barato para ahorrar nos puede salir muy caro. Otro consejo: cuando saquemos muestra de nuestra semilla, que sea el resultado de mezclar muchas sub-muestras para que sea representativa de todo el conjunto.

Los fungicidas pueden ser curativos, preventivos o tener ambos efectos según la enfermedad presente, y el costo de cada uno de ellos es diferente. Siempre es mejor anticiparse a la aparición de enfermedades; pero a simple vista es imposible identificar la presencia de los microbios. Esa identificación se hace en laboratorios especializados donde se llevan unas 150/200 muestras de hojas de cada lote. Antiguamente se recomendaba hacer esos muestreos a partir del macollaje; hoy se aconseja que esa “ventana de monitoreo” se haga semanalmente empezando unas semanas antes.

A los precios actuales de los tratamientos y del trigo el costo del control oscila entre los 440 y 660 kilos por hectárea, por eso el monitoreo especializado es clave, porque anticiparse es un buen negocio

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