PRECIPITACIONES

Una niña que impresiona menos

Octubre y noviembre son los principales meses de siembra de soja, maíz, girasol y sorgo, los cuatro cultivos que abarcan la mayor área y que aportan más del 60 % de nuestras divisas. En estos momentos los climatólogos se inclinan a pronosticar un “año niña”, es decir de menores precipitaciones al promedio. Por eso hay ciertas cuestiones que los productores deben tener en cuenta al momento se sembrar para lograr una campaña exitosa.

Por Gerardo Gallo Candolo | 23-10-2021 11:30hs

Ya estamos en plena siembra de la cosecha gruesa en la zona central del país, octubre y noviembre son los principales meses de siembra de soja, maíz, girasol y sorgo, los cuatro cultivos que abarcan la mayor área (y que aportan en granos, harinas y aceites más del 60 % de nuestras divisas). En estos momentos los climatólogos se inclinan, después de algunos meses de titubeos, a pronosticar un “año niña”, es decir de menores precipitaciones al promedio, aunque algunos añaden “niña débil”, porque los parámetros parecen más cercanos a la normalidad que a un año de seca.

 

Ante la preocupación o dudas que puede traer esta noticia a los agricultores deberíamos ampliar algunos puntos que pocas veces se explican: en primer lugar este pronóstico, como toda predicción, no es infalible, las probabilidades de acierto mejoran a medida que pasa el año.

En segundo lugar, se debe mencionar que no tiene mayor impacto sobre algunas zonas, como las costeras marítimas bonaerenses, donde la influencia del mar hace que este pronóstico sea menos confiable.

Lo principal que el agricultor debería conocer es el historial del manejo de cada lote del campo.

Aunque sepamos que los pronósticos son para una región muy amplia de nuestro territorio, cuando bajamos a la escala de un campo empieza a impactar la experiencia y el conocimiento de productores y técnicos. Lo principal que el agricultor debería conocer es el historial del manejo de cada lote del campo.

Así como debe hacerse un análisis de los nutrientes de cada potrero antes de la siembra, para ajustar las dosis de fertilizante, deberíamos tener también (sobre todo en estos años) un diagnóstico de la humedad presente en cada uno y, si es posible, en diferentes profundidades.

Siempre es importante conocer la profundidad de napa, en especial para algunos cultivos como el maíz. En estos días deberíamos prestar más atención a la humedad actual en los primeros centímetros de profundidad para una implantación exitosa, y analizar el resto del agua en el perfil para tomar alguna decisión de último momento, como cambiar de lote alguna semilla, por ejemplo por su ciclo para hacer coincidir la etapa crítica con el momento de mayores precipitaciones.

La siembra directa, utilizada en las últimas décadas por la mayoría de los agricultores argentinos, permitió almacenar mejor las escasas lluvias del 2021, pero el nivel de reserva depende no solo de las lluvias caídas en el campo, también del éxito en el manejo de malezas, consumo del cultivo antecesor y otros parámetros que hace que la escala de decisión sea a nivel de potreros e, incluso, a sectores del mismo. El uso de herbicidas en barbecho utilizados y el nivel de control logrado es otro de los factores que pueden modificar nuestro plan de siembras sobre la marcha.

Todos estos factores son analizados por productores y agrónomos para lograr una campaña exitosa, donde suma la tecnología, pero mucho más la experiencia de cada productor.

 

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