La tropilla entablada es una antigua habilidad criolla, ingeniada por el gaucho para cubrir la necesidad mantener unida a la caballada. En el medio del campo, sin riendas ni corrales suficientes, el gaucho debe apelar a su destreza de jinete y la ayuda del instinto del animal .

El "entrevero" comienza cuando las tropillas entabladas recorren el campo de jineteada entrecruzándose una y otra vez. En este espectáculo se puede apreciar con claridad la habilidad de los tropilleros quienes muestran el adiestramiento de sus animales, los que en forma ordenada siguen el paso de la yegua madrina llamados por el sonido de los cencerros. Luego se encierran todos los animales en un gran corral, a excepción de los tropilleros y las yeguas madrinas que deben ubicarse en el extremo opuesto del campo.

Una vez que se abren las tranqueras del corral, los caballos salen a todo galope en búsqueda de la madrina y cada tropillero trata con gran destreza juntar rápidamente a todos sus animales, resultando ganador aquel que lo haga primero. Los instantes previos son impactantes, se produce una gran expectativa en el público, hasta que llega el momento de la suelta y comienza el gran espectáculo.

Una vez que se abren las tranqueras del corral, los caballos salen a todo galope en búsqueda de la madrina

Los asistentes observan fascinados el colorido de cientos de animales de todos los pelajes: zainos, bayos, moros, gateados, overos, alazanes, tobianos. Los caballos se entreveran en una carrera desenfrenada, mezclados al galope en medio de un ruido ensordecedor y donde realmente se siente vibrar la tierra.