EDITORIAL

Pagar la Deuda con dinero de los evasores

El bloque del Frente de Todos en el Senado de la Nación presentó un proyecto de Ley para crear un 'Fondo Nacional para la cancelación de la deuda con el FMI'. Se impondría un aporte especial de emergencia a todas aquellas personas o empresas nacionales que tengan bienes en el exterior que fueron fugados y, por lo tanto, no han sido declarados ante el fisco.

Por Jorge Pirotta | 29-03-2022 12:47hs

Tal como lo dijimos en uno de nuestros videos en YouTube, durante el gobierno del ex presidente Macri, el Estado ya tenía información sobre la existencia de más de 400 mil millones de dólares de argentinos en el extranjero. Aún conociendo esa realidad, se decidió tomar un préstamo que endeudó a nuestro país por 45 mil millones de dólares más los intereses. Una enorme carga para las futuras generaciones.

El proyecto de las senadoras y senadores del FDT señala que, según estadísticas oficiales, "a diciembre de 2021 había 417.507 millones de dólares de argentinos en el exterior y/o fuera del sistema financiero institucionalizado en nuestro país. De ellos se encuentran declarados ante la AFIP sólo 69.000 millones de dólares, según se desprende del impuesto sobre los bienes personales del año 2020".

En sus fundamentos, el Frente de Todos afirma: "Quienes se beneficiaron con los recursos del FMI fugaron divisas de la Argentina y no las declararon - acto profundamente lesivo para los contribuyentes de nuestra nación - son los que deben hacer el mayor esfuerzo contributivo y a quienes en definitiva apunta este proyecto de ley para amortizar la deuda con el FMI. Es un acto de estricta justicia distributiva, tributaria e histórica".

Si hubiera que definir al legado histórico del Peronismo en un par de palabras, esas serían "Justicia Social". Justicia social, para felicidad del Pueblo. La justicia se conecta estrechamente con la dignidad de la persona, y también con la dignidad de las sociedades. Quien padece la injusticia lo sufre en parte en su dignidad como persona. Las sociedades injustas son sociedades enfermas, porque no puede haber felicidad en la injusticia. La verdadera felicidad es un valor colectivo, nunca individual.

Este trascendente proyecto presentado en el Senado de la Nación tiene su sustento principal en la Justicia Social, por eso define que su ejecución constituirá un acto de estricta justicia distributiva, tributaria e histórica. Está claro por qué se trata de un proyecto en favor de la justicia social y tributaria, pero tal vez haya que echar luz sobre por qué se habla de justicia histórica.

Porque los problemas de evasión fiscal y deuda externa son históricos en nuestra querida Argentina. El problema del endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional tiene su origen en la última dictadura militar (1976-1983). Fue al gobierno de facto de los militares que el organismo (curiosamente controlado por un país que se dice defender la democracia y los derechos humanos) concedió los primeros grandes préstamos. Ello ocurrió en un contexto internacional de excedente de dólares, los llamados petrodólares, provenientes de los países petroleros de Medio Oriente, inducidos a comercializar el crudo exclusivamente en la moneda estadounidense desde mediados de la década del setenta.

Aquel excedente de dólares se convirtió en deuda tomada por los países que entonces se conocían como Tercer Mundo y hoy se los define como "países en vías de desarrollo". En la década de los ochenta, aquellas enormes deudas, en muchos casos tomadas por dictaduras militares, dieron lugar a la llamada Crisis de la Deuda: las dificultades de pago por parte de varios de los países deudores. Estrechamente vinculado al problema de la Crisis de la Deuda estuvo la hiperinflación, fenómeno que azotó a la región entre los ochenta y noventa, en general coincidiendo con la transición hacia la democracia y los primeros años de esta. Si la inflación consiste en el aumento de precios, también se puede mirar le fenómeno desde el otro lado de la moneda: la pérdida de valor, precisamente, de la moneda nacional.

Perón transformó a nuestro país de endeudado en 12.500 millones de dólares a ser acreedor por 5.000 millones de dólares. Además, no aceptó que nuestro país se integrara al Fondo Monetario Internacional. Por su parte, el presidente Kirchner canceló la deuda con el FMI durante su gobierno.

Desde el empréstito por 1 millón de libras esterlinas tomado por Bernardino Rivadavia en 1824 hasta la actualidad, nuestra historia ha tenido innumerables capítulos vinculados con la deuda externa y los condicionamientos que los acreedores del extranjero impusieron a nuestra economía.

Según el historiador Calviño, "el Estado de Buenos Aires /.../ «empeñaba todos sus efectos, bienes, rentas y tierras, hipotecándolas al pago exacto y fiel de la dicha suma de 1 000 000 de libras esterlinas y su interés». En consecuencia, en 1828 se liquidó la escuadra naval y se dieron en pago dos fragatas que se estaban construyendo en Inglaterra. De este modo, cuando se produjo la ocupación de las Malvinas por los ingleses, cinco años más tarde, no hubo fuerza naval para contrarrestarla. Ferdinand White, espía inglés, enviado por la Baring al Río de la Plata, condenó los aspectos delictivos de este acuerdo. De la suma recibida, solo llegaron al Río de la Plata en oro, como estaba convenido, el 4% de lo pactado, 20 678 libras". También llegaron unas 570 mil libras esterlinas pero en títulos, en su mayoría letras de cambio, que solo podían ser tomadas por empresas británicas establecidas en nuestro país.

Durante su gestión de gobierno, entre 1946 y 1955, el presidente Perón transformó a nuestro país de endeudado en 12.500 millones de dólares a ser acreedor por 5.000 millones de dólares. Además, no aceptó que nuestro país se integrara al Fondo Monetario Internacional. Por su parte, el presidente Kirchner canceló la deuda con el FMI durante su gobierno.

Desde la recuperación del sistema democrático en nuestro país, el problema de la deuda externa ha marcado gran parte de la política nacional. En lugar de unirnos ante algo que evidentemente nos agrede, sobre todo cuando es una deuda ilegítima y fraudulenta como la contraída por la dictadura. Este tema es demasiado importante como para no buscar encarecidamente un acuerdo de mayorías nacionales que produzca el imprescindible cambio en la orientación de nuestras decisiones económicas y nos ponga en una senda de trabajo y producción, única forma en la que los principales países del mundo han salido adelante.

Estando ya en la tercera década del siglo XXI, podemos decir que, a grandes rasgos, los países latinoamericanos han resuelto el problema de la inflación y de la estabilidad de sus monedas. Sin embargo, en la Argentina la forma de resolver aquella encrucijada de comienzos de los años noventa fue la Convertibilidad: 1 peso = 1 dólar. Dicho modelo resultó insustentable y en una década voló por los aires, dando lugar a una de las peores crisis económicas, sociales y políticas de nuestra historia.

El fin de la Convertibilidad trajo de vuelta a un viejo fantasma de la economía argentina, el bi-monetarismo, la cultura del ahorro en dólar, de las transacciones inmobiliarias en dólares, de la permanente e histérica información acerca de la cotización del dólar. Esa vieja "pasión" argentina por el dólar tiene, desde luego, su principal causa en la inestabilidad argentina, y en consecuencia de su moneda. Hay factores culturales y un estímulo permanente en favor del imperio del dólar, desde luego. Pero no se puede negar que hasta el simple ahorrista tiene buenos motivos para "irse" al dólar.

La historia argentina tiene sus innúmeras complejidades y sus permanentes vaivenes. Pero también hay cosas que permanecen inmutables. Las hay de las buenas, de las muy buenas... y también de las malas. La avaricia, la mezquindad y la injusticia de unos pocos siempre estuvieron a la orden del día. Son de esas cosas inmutables en nuestro país. Son los evasores seriales al fisco y quienes fugan divisas a paraísos fiscales. Son los que se benefician de los modelos de endeudamiento (la plata dulce, le decían en la época del Proceso), a costas del Pueblo. Son los que se regodean en la injusticia.

Son los que tienen al menos 350.000 millones de dólares afuera del país y sin declarar. Dinero de la evasión, financiado con el endeudamiento de la Nación.

Por eso, la propuesta de los senadores del Frente de Todos es un paso importante en la construcción de una sociedad más justa. Justicia social y justicia tributaria, como dice el proyecto; y también justicia histórica. Sería importante que el mismo sea tomado con la seriedad necesaria por los legisladores de todos los bloques, o al menos los que conserven bases de pensamiento nacional.


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