El INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) advirtió sobre la presencia de la mosca de la soja, llamada Melanagromyza sojae, en Brasil alertando acerca de su posible llegada al país. Si bien aún no se manifestó en la provincia de Chaco, hubo registro de la misma en el norte de la provincia de Córdoba, ya que provocó daños el cultivo de garbanzo de la campaña 2019.

Desde el organismo informaron que este insecto que ataca al vástago de la soja y frejol pudiéndolo dañar en su totalidad. Por este motivo, se lo debe identificar correctamente, aprender acerca de su estilo de vida y evaluar las estrategias para controlarlo.

La aparición de las moscas sucede en las primeras cuatro semanas después de la germinación del cultivo y sus daños pueden causar una reducción del diámetro de sus tallos, la disminución de su altura o su muerte.

El organismo recomendó que ante la nueva campaña de soja es conveniente estar informados y sugirió realizar el monitoreo del cultivo desde los primeros días de su brote, colocando paños verticales color amarillo impregnados con aceite de comer. Cabe destacar que esta plaga es más fuerte en la estación seca que en la lluviosa y las medidas de preventivas son más importantes en la estación seca que en la estación húmeda.

Desarrollo y alimentación de la plaga

A partir de la oviposición la larva eclosiona después de 2 – 3 días y luego migra a la nervadura más cercana. Esta larva se alimenta de las células del parénquima, creando un túnel de alimentación en dirección al vástago, bloqueándolo en el sentido de la raíz cuando la planta es joven y luego en el sentido apical hasta que alcanza su tamaño máximo.

Antes de pupar, la larva prepara un orificio de salida y lo cierra para su protección en el periodo de pupa. El orificio puede ser inferior a los cotiledones, indicando el ataque precoz y encima de los cotiledones, indicando ataque tardío.

Fuente: INTA