De Robin Hood a trabajador rural

Bairoletto: El bandido rural que dejó todo por amor

Disparos, persecución, suicidio y amor. ¿Te animas a conocer la vida de Bairoletto? Un hombre que fue en contra de todo tipo de reglas pero su robo más importante implicó a Telma, a quien le robó el corazón. ¿El detalle? Era la hija de uno de sus mejores amigos.

Por Marianela Chimento | 17-02-2020 06:05hs

Las historias siempre comienzan por el principio, pero ¿quién determinó esto? ¿Cuándo fue que nos convertimos en seres tan obedientes que no se replantean nada? Hoy vamos a empezar de atrás para adelante, ¿qué te parece? Te invito a romper los esquemas.

La historia pertenece al santafesino Juan Bautista Vairoleto (también aparece en los archivos oficiales como Bairoletto), famoso por su actividad delictiva y popularmente conocido como un"bandido rural".

De esto se trata un poco esta leyenda, un hombre que va en contra de todo tipo de reglas, algunos lo tildan de anarquista, otros de valiente, pero la cuestión es que más allá de todos los actos de rebeldía y robos realizados, el más importante implica a Telma, a quien le robó el corazón. ¿El detalle? Era la hija de uno de sus mejores amigos.

Robin Hood de las pampas lo llamaban, le robaba a los ricos para compartir con los pobres.

Un amor prohibido que comenzó con tiernas miradas condujo a jugársela y escapar juntos. Como te adelanté que empezamos de atrás para delante, te cuento que Telma falleció en 2014, con 101 años, y hasta el último día de su vida recordó a su amado. Anécdotas, recuerdos, afirmaciones y verdades convivían con ella, ¿Cómplice por amor o delincuente por elección?

Son muchas las voces que se hacen escuchar respecto a la muerte de Bairoletto pero fue Telma quien afirmó que su esposo se suicidó con un tiro en la cabeza antes de ser capturado por la fuerza policial. En agosto de 1941, Bairoletto fue traicionado por uno de sus compinches, Vicente Gazcón, a quien muchos conocían como El Ñato. Su amigo (no tan amigo, claramente), estaba preso y para salvarse entregó a Juan Bautista. Aparentemente todos tenemos un precio, el de él fue la muerte de su amigo.

La policía cayó en la casa donde vivía Bairoletto junto a su familia, estaba dedicado a hacer trabajos agrarios, ya se había retirado de los robos, cultivaba la tierra y vivía de su cosecha. Antes de que saliera el sol pudo escuchar las voces de los uniformados, justo ahí cargó su armamento con intención de defenderse, pero sabía que si se enfrentaba perdía, y lo que es aún peor, su familia iba a caer con él, “cuando el mundo tira para abajo es mejor no estar atado a nada” (dice Charly, ¡y cuánta razón tiene!).

El niño nacido en Santa Fe, hijo de padres inmigrantes proveniente de Italia, tuvo varios oficios, pero se convirtió en hombre y optó por un camino más oscuro.

Entonces, primero le disparó a uno de los policías, al cual le generó un orificio en su estómago y con la misma arma se disparó en la cabeza. Fin para Bairoletto que para esa altura tenía una identidad falsa y se lo conocía como Francisco Bravo. Punto final para él a sus 46 años, nuevo comienzo para otros.

“Generalmenteel sentido de la muerte lo encontramos en el sentido de la vida. Hay gente que tiene una ideología muy marcada y antes de sentir una auto-traición, prefiere darse fin a sí mismo. En este caso es un ex delincuente que intenta una vida normal y al final su destino parece estar escrito, sobretodo cuando un amigo lo entrega, pareciera como que no puede torcer la realidad”, afirmó la licencia en psicología Vanesa Ben, al consultarla sobre la muerte de este bandido.

¿Por qué Bairoletto se escondía de la policía? Robin Hood de las pampas lo llamaban, le robaba a los ricos para compartir con los pobres, gente humilde de campo que lo ayudaba a huir de la policía, le daban comida, alojamiento o abrigo y él como agradecimiento le daba un porcentaje de lo robado, ¿humildad o negocio? Tenía pedido de captura en Medonza, San Juan, San Luis, La Pampa y Río Negro. A veces lo hacía solo y otras en grupo, fue así como muchas veces operó con el tan conocido Mate Cosido, juntos hacían destrozos, y la gente no dejaba de temer.

Un bandido rural que lo dejó todo por amor.

Seis muertes se le atribuyeron y decenas de robos, ¿asesino o justiciero? El niño nacido en Santa Fe, hijo de padres inmigrantes proveniente de Italia, tuvo varios oficios, pero se convirtió en hombre y optó por un camino más oscuro. ¿Qué lo llevó a esto? Todo indica que fue un problema de polleras, y ya lo dice León Gieco en su tema Bandidos Rurales “bailarín sagaz, desafiante y mujeriego. Se enamoró de la mujer que pretendía un policía, lo golpeó, lo puso preso un tal Farach Elías. Andate de Castex le dijo, aquí tenemos leyes. Corría el año 1919, antes de irse, fue al boliche a verlo al fulano con un 450 belga, revólver en mano, le agujereó el cuello y lo dejo tirado ahí”.

Todo indica que Bautista estaba revoloteando atrás de una señorita que ya tenía “dueño” y no era nada más ni nada menos que el policía de la zona, a este último no le gustó la jugada y golpeó y humilló a nuestro bandido frente a todos. Se comenta que hasta lo desnudó y se burló de él. Muchos en su lugar hubieran salido corriendo o pasarían una semana escondiéndose envueltos en llanto, pero claramente no es el caso de Bairoletto que tomó cartas en el asunto, quedarse de brazos cruzados no fue su opción y se dirigió en busca de la autoridad policial. Uno salió humillado, pero el otro terminó muerto. Dicen que a partir de ahí fue un viaje de ida porque el santafesino empezó a recorrer el país cometiendo delito tras delito.

¿Cómo se frenó esta ola de asaltos? Con la palabra de una mujer, el amor todo lo puede y fue Telma, su compañera fiel, que siempre estuvo a su lado, pero un día dijo “basta para mí basta para todos”, y se le puso fin a los actos vandálicos. Se escaparon a Mendoza a donde ambos adquirieron nombres falsos.

Telma dejó todo, no habló más con sus amigas, nunca mencionó la verdadera identidad de su esposo y ocultos trabajaron codo a codo su pedazo de tierra, llevaron adelante una vida casi normal, en donde la delincuencia se apagó y le dio lugar al amor. Todo terminó con aquel disparo en la cabeza. “Adiós gringo, adiós amor” se la escuchó decir con frágil voz.

Bairoletto: bandolero, pistolero, delincuente, héroe, asesino, justiciero, villano, triunfador, todas las palabras le sientan bien, pero sin lugar a duda era un bandido rural que lo dejó todo por amor.

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