Sustentabilidad

Crean un fertilizante natural aprovechando los desechos de la industria yerbatera

Investigadores de la UNLP elaboran un sistema de encapsulado para la liberación controlada de fertilizantes con desecho industrial no apto para el consumo.

Por Redacción El Agrario | 29-11-2019 09:00hs

Argentina es el principal productor de yerba mate en el mundo y dicha actividad es la base de la economía de los agricultores de Misiones y del nordeste de Corrientes. Atentos a todo el potencial de esta economía regional, científicos del Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de los Alimentos de la Universidad Nacional de La Plata (CIDCA, UNLP-CONICET) se encuentran trabajando en la elaboración de sistemas de encapsulación para la liberación controlada de fertilizantes, utilizando desechos de la producción de yerba mate.

Además, la investigación contó con el apoyo del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), mediante su programa de subsidios Prasy. Una apuesta a futuro del INYM ya que los resultados de este proyecto se traducirían en la diversificación de la industria yerbatera y la ampliación de los beneficios para la industria y el agro, mediante la obtención de nuevos productos de alto valor agregado para aumentar la calidad del suelo y su productividad.

Los resultados de este proyecto se traducirían en la diversificación de la industria yerbatera y la ampliación de los beneficios para la industria y el agro.

Las investigadoras Lorena DeladinoAline Schneider Teixeira del CIDCA elaboran sistemas de encapsulación compuestos como estrategia para la liberación controlada de fertilizantes en diferentes sustratos, empleando el “polvo” de yerba mate para su aplicación en la industria del agro.

Deladino, doctora y una de las titulares del proyecto, explicó: “en el proceso de producción de la yerba mate el 1,5% de lo que se produce es desecho industrial y no es apto para el consumo humano. Esto genera una gran cantidad de residuo orgánico en polvo, con potencial de ser tratado y utilizado como abono orgánico y que actualmente no es aprovechado. La aplicación directa del polvo en los cultivos no es viable debido al reducido tamaño de partícula lo cual dificulta su dispersión”. Y agregó: “teniendo en cuenta este escenario el empleo de subproductos de la industria yerbatera en el desarrollo de sistemas de encapsulación para la liberación controlada de fertilizantes se presenta como una alternativa de reciclaje de bajo costo”.

"En el proceso de producción de la yerba mate el 1,5% de lo que se produce es desecho industrial y no es apto para el consumo humano. Esto genera una gran cantidad de residuo orgánico en polvo, con potencial de ser tratado y utilizado como abono orgánico y que actualmente no es aprovechado".

A diferencia de los fertilizantes químicos que producen una descomposición más acelerada de la materia orgánica y así la pérdida del perfil del suelo, el uso de abonos orgánicos, en este caso con residuos de la producción de yerba mate, es una práctica de valor comprobado que mejorar las cualidades físicas, químicas y la bioestructura del suelo. Constituye una fuente de carbono para los microorganismos, mejora la capacidad que tiene el suelo para retener y liberar iones positivos (por ejemplo minerales) del suelo, mejorando la porosidad y la retención de humedad en el mismo.

La doctora Aline Schneider Teixeira, también a cargo del proyecto señaló: “en el caso de los fertilizantes agregados para aportar nutrientes necesarios para el crecimiento de las plantas, pueden volverse potencialmente peligrosos para el medio ambiente por los altos niveles usados para una acción efectiva. Altas concentraciones pueden producir efectos colaterales como daño a los cultivos o contaminación de las napas de agua. El éxito de la fertilización depende principalmente de la posibilidad de sincronizar la provisión de nutrientes con las demandas de la planta”.

“En este sentido, la liberación controlada de los nutrientes puede resultar una solución adecuada, permitiendo la disponibilidad continua, aumentando la productividad agrícola, eliminando la necesidad de aplicaciones extras y reduciendo los costos”, resaltó la científica.

 

¿Cómo es la tecnología del encapsulado?

La doctora Deladino describió la técnica: “La encapsulación es una tecnología mediante la cual se logra proteger materiales activos con biopolímeros que actúan como recubrimientos y facilitan su dosificación, su liberación en forma controlada y su manipulación industrial. Los materiales usados para la encapsulación pueden ser biocompatibles y biodegradables, a menudo también, son subproductos industriales Entre ellos se encuentran el almidón nativo y modificado por distintos procesos, quitosanos, alginatos, gelatina, derivados de la celulosa, etc”.

“La combinación de diversas sustancias puede dar lugar a sinergias y significativas mejoras de rendimiento. La selección del tipo de material de encapsulación dependerá además, del compuesto activo a proteger”, dijo.

Fuente: INVESTIGA – Ciencia y Tecnología de la UNLP

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