COSECHADORAS

Cuando los años son problema

Por Gerardo Gallo Candolo | 20-02-2021 11:00hs

Ya comenzó en el Norte argentino la trilla de los cultivos de gruesa. Seguramente los rindes finales del país serán tan dispares como las lluvias recibidas. Pero hay otro factor a tener en cuenta: las pérdidas de granos por una cosecha deficiente, y gran parte de ello se debe a la antigüedad de las cosechadoras argentinas. Se estima que la perdida media es de 200 kg/ha en maíz y de 140 kilos de soja por cada hectárea cosechada, eso significa pérdidas de más de cuatro millones de toneladas que representan unos mil millones de dólares que quedan en el suelo cada año y que podrían salvarse gran parte de ellos.

Nuestros agricultores son reconocidos en el mundo por su profesionalismo, por la excelente tecnología aplicada durante todo el cultivo pero todo ese esfuerzo invertido en parte se pierde al llegar a la cosecha y no se observa una real concientización de la importancia de este problema. Esta situación resta ingresos a los agricultores y también a los contratistas que no pueden renovar como corresponde sus máquinas.

El parque nacional de cosechadoras es de unas 20.000 unidades pero el dato preocupante es que la antigüedad promedio es mayor a 10 años, y se estima que unas 2.000 de esas cosechadoras son modelos de más de 25 años; y la tendencia de renovación es poco alentadora.

La mayor parte de la cosecha se realiza en Argentina a través de contratistas. En estas circunstancias adelantamos tres simples consejos a los productores:

  • Acordar con tiempo el contrato con buenos equipos para iniciar la cosecha en tiempo y forma. Parte de las pérdidas son por desgrane o/y vuelco por retraso. Además se tendría que tomar en cuenta la pérdida de calidad del grano cosechado tardíamente. Siempre es conveniente que cuente con embolsadora para asegurarse que las cosechadoras no dejen de trabajar por falta de camión.
  • Pactar fijando el valor de la trilla a porcentaje. La experiencia demuestra que haciendo “socio” al contratista siempre se obtienen mejores resultados.
  • Controlar permanentemente las pérdidas revisando la cola de la cosechadora vigilando la velocidad de avance y las revoluciones del cilindro, para no tener castigos en la comercialización. Esta práctica se hace más importantes cuanto mayor es la antigüedad de la cosechadora.

 

Quedate en El Agrario, te invitamos a leer: Moha: opción corta y cumplidora

Más noticias

¿La vacuna es la llave para volver a la normalidad?

El Gobierno bonaerense abre en marzo la convocatoria a proyectos vinculados con la Ley Ovina

Presentan nueva línea de créditos para agricultores familiares

Las exportaciones de carne bovina generaron US$2.700 millones en 2020

El agro brasileño, el gran aliado de Jair Bolsonaro

Casi 200.000 toneladas de madera partieron desde el puerto de Ibicuy en 2020