En el último informe de Mercado Ganadero de Rosario (ROSGAN), presentaron los balances del año pasado, en que las exportaciones pese al difícil contexto internacional concluyeron en un ingreso de divisas de US$ 2.700 millones, triplicando el nivel de divisas que ingresó hace cinco años.

En este sentido, la autora del informe, la analista Maria Julia Aiassa aseguró que a la cifra se le podría sumar lo generado por la exportación de cueros y menudencias que, con sus particularidades, "aportan al país entre US$ 700 y US$ 800 millones al año".

Las exportaciones, según lo que detalló Aiassa, impulsan otras actividades tanto "industrias de alimentos balanceados y de productos veterinarios, la producción de semillas forrajeras, así como los servicios de transporte, laboratorios, profesionales veterinarios, consignatarios, entre otros" rubros que se benefician por las balanzas comerciales positivas que genera la ganadería.

"A medida que el sector primario crece, permite potenciar el desarrollo de otros sectores proveedores que hoy también se posicionan como exportadores netos. Tal es el caso del mercado de semillas forrajeras, el mercado de productos veterinarios e incluso el mercado de genética bovina, los cuales a partir del desarrollo del mercado local han logrado expandir su horizonte a otros mercados", puntualizó el informe de ROSGAN.

Específicamente en relación a los alimentos balanceados, el informe asegura que su desarrollo tiene "un doble impacto en la generación de valor, dado que permite convertir una materia prima que usualmente se exporta sin procesar, en alimento y posteriormente en carne" y precisa que "en la Argentina existen cerca de 600 plantas habilitadas para la producción de alimentos balanceados donde se agrega valor a más de 7 millones de toneladas de grano al año con destino a bovinos de carne y leche, y más de 20 millones si sumamos el resto de las producciones ganaderas".

Por último, el informe asegura que la actividad ganadera es uno de los "grandes vehículos de agregado de valor de nuestras commodities agrícolas", con la potencialidad de convertir las "miles de toneladas de soja y maíz que hoy se exportan sin procesar en más carne de pollo, vacuno o cerdo, incorporando valor".

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