Para el empresario rural estos tiempos son dificultosos para manejarse financieramente; tanto cuando falta dinero como así también cuando hay excedentes. En el primer caso por los altos intereses bancarios y en el segundo por el poco conocimiento o confianza en las posibles inversiones, como por las limitaciones impuestas por el Banco Central en la compra de divisas.

En esta campaña, a medida que el productor cosechaba sus lotes vendía los granos suficientes para su movimiento diario y poder pagar las deudas con proveedores; luego compró insumos para su próxima campaña. A partir de ahí, (si la cosecha fue abundante y seguían los excedentes) el camino elegido por muchos fue seguir esperando con los granos en el silo o/y hacer inversiones.

Al darse estas condiciones muchos aprovecharon la oportunidad de cambiar la camioneta, tractor u otra maquinaria; ya que presentan una relación muy buena comparando su costo histórico en kilos de granos o incluso en dólares. Todas estas fueron, en términos generales, buenas decisiones.

Vamos a centrarnos ahora en el tema de la compra de maquinaria nueva que, además del impuesto al valor agregado que aprovechamos, contamos con una inversión que podemos amortizar y descontarlo de ganancias; eso implica conversar previamente con nuestro contador y analizar con el profesional y el banco la posible conveniencia de hacerlo por leasing, otra forma interesante de invertir en momentos de altos impuestos.

Si la necesidad del campo es una nueva pulverizadora terrestre debemos pensar primero en la escala, ya que es una herramienta que hace muchas hectáreas por día y pocas veces es conveniente su compra, sobre todo cuando tenemos cerca del campo un contratista eficiente y cumplidor, con sus operarios capacitados específicamente en el manejo de agroquímicos, eliminación de envases, reconocimiento de los fitosanitarios, etc.

En el caso de una sembradora, que hace diariamente menos hectáreas y el retraso en la siembra implica importantes pérdidas, muchas veces es conveniente su adquisición aunque la siembra de un tercero nos parezca “más barata”. Escala, oportunidad de contar con un buen contratista (puntual, capacitado y actualizado tecnológicamente), capacitación y eficiencia de nuestro operario son los temas que debemos tener en cuenta para efectivizar nuestra inversión.

En todos los casos, además del contador, debemos sumar al asesor técnico para tomar nuestras decisiones reconociendo que el sobrante de recursos también puede ser un problema, sobre todo cuando nuestra intención es el crecimiento. Pero todo problema tiene solución, si no la tiene deja de ser un problema