Algunos de los lectores de EL AGRARIO nos han escrito para contarnos sobre distintos repelentes naturales que utilizan en las huertas que han realizado en sus casas, sobre todo, este último tiempo con la aparición de la pandemia por Covid-19, donde en algunos casos, se han quedado más tiempo en sus hogares y pueden dedicarles un tiempito a lo que han elegido sembrar.

Es así, que cultivos como papas, tomate, berenjena, acelga, pimientos, remolacha, lechuga, entre otras, en más de una oportunidad se ven invadidos por algunas plagas, y para evitar que proliferen el jabón potásico resulta ser una opción eficiente ante estas invitadas indeseables, según nos han contado nuestros seguidores.

Este insecticida natural es un compuesto formado por agua, aceite vegetal e hidróxido de potasio (potasa o potasa cáustica). En cuando a las cantidades para prepararlo, se estima una dosis máxima de 25 gramos de jabón por cada litro de agua, aunque cada uno, sabe cuál es su caso en particular.

Los materiales que se necesitan para su preparación son: Jabón potásico, agua, balde, cuchara de madera, guantes de goma, lentes de seguridad y recipientes de plástico, vidrio o acero inoxidable para guardar el jabón.

Las protecciones son necesarias porque mientras se produce la reacción entre la potasa y el agua, ésta puede dañar la piel y partes sensibles como los ojos si salpicara, por lo que es mejor la prevención. Luego una vez terminado ya no resulta así de agresivo, ni para nosotros ni para las plantas, pero sí,  para variedad de plagas.

Para proceder a su preparación de forma casera, hay con verter el jabón en un balde a razón de la proporción indicada y revolver con una cuchara de madera. Es importante que el agua esté caliente pero no llegue a hervir para que se disuelva bien la mezcla. Luego, se debe colocar el jabón preparado a razón de 200 mililitros por cada litro de producto final que se desea preparar. En este caso, serán 800 mililitros restantes de agua.

La mejor forma de usarlo una vez ya preparada la dosis en el agua es la pulverización, ya que como se trata de humedecer toda la planta lo mejor será aplicar el jabón potásico en las plantas cuando no les dé el sol, para evitar que se quemen. Asimismo, debe evitarse los días lluviosos o de viento, para no perder su efecto insecticida.

Para que este preparado sea efectivo, es necesario cubrir toda la planta afectada con el producto, e insistir en las zonas que estén más comprometidas por la plaga a eliminar. En cuanto los insectos o parásitos que afectan al cultivo, entren en contacto con el jabón potásico, los eliminará.

El uso principal del jabón es  para combatir a los pulgones. Su acción se da por contacto directo: cuando los toca, les daña el esqueleto y los insectos mueren, con la gran virtud de que no tiene ningún efecto nocivo sobre otros insectos benéficos y polinizadores de mayor tamaño como por ejemplo las abejas.

Este repelente sirve además para limpiar las plantas, debido a que los pulgones desprenden un líquido azucarado que es como un imán para atraer a las hormigas y es también un fungicida. Se debe aplicar tanto en el haz como en el envés de las hojas.

Este preparado casero es biodegradable y una vez que se desprendió de la planta y cae a la tierra, se convierte en carbonato de potasio, un componente que la enriquece.

Este jabón potásico ya preparado podremos guardarlo durante unos días sin que pierda eficacia. De hecho, lo ideal es repetir la aplicación cada 3 o 4 días hasta reducir la plaga o acabar con ella. No se puede guardar más de un mes.

Este producto está aceptado en agricultura ecológica por su nula toxicidad.

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