MUJERES AL FRENTE

Después de 126 años, una mujer preside la Sociedad Rural de Rosario por primera vez en la historia

Se trata de María Soledad Aramendi, quien estuvo a cargo de la vicepresidencia durante cuatro años. “No es poca cosa, refleja cómo la mujer se fue incorporando y ocupando espacios y lugares en lo alto de la dirigencia gremial”.

Por Marisa Massaccesi | 02-12-2021 11:20hs

Si nos remontamos a los orígenes de la Sociedad Rural de Rosario, nos encontramos que la historia nos transporta allá por el año 1814, cuando el párroco de la iglesia matriz, Tomás Gabriel de Gomensoro, envió una nota a pedido del vecindario, al Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, dando cuenta de la constitución de la “Sociedad de Amigos del País”, para fomentar la actividad agropecuaria.

Incontables surcos, siembras, arados, trillas y cosechas pasaron por la provincia con forma de bota.  Es así que en 1895 se funda definitivamente la “Sociedad Rural Santafesina”, presidiendo la comisión directiva en Enrique B. Coffin. La entidad cambiaría luego el nombre por el actual (1907-1908) para pasar a denominarse “Sociedad Rural de Rosario”.

Muchos hombres pasaron a lo largo de la vida institucional de la entidad agropecuaria y 126 años después, por primera vez la presidencia está a cargo de una mujer: María Soledad Aramendi.

“No es poca cosa, refleja cómo la mujer se fue incorporando y ocupando espacios y lugares en lo alto de la dirigencia gremial”, señaló quien fuera la vicepresidenta de la misma institución durante cuatro años.

Sus padres se radicaron en Villa Cañas, donde se dedicaron al campo. Tanto su mamá como su padre estaban vinculados al sector agropecuario.  Hija única, Aramendi estudió medicina y luego incursionó por la arquitectura, según ella se define “es casi arquitecta”. Allá por el 2000, como a tantos argentinos, cuando la economía transitaba por uno de sus peores momentos, llegaron las deudas al campo familiar, hubo que pedir créditos para paliar la crisis y a María no le quedó otra que hacerse cargo del campo: "Estábamos en una situación límite, una cuestión de vida porque era lo que nos daba de comer. O lo salvabas o lo salvabas", recordó.

Los años difíciles con una economía complicada la sorprendió luego con el fallecimiento de sus padres. Por el 2008 comenzó a relacionarse con integrantes de la Sociedad Rural de Rosario. En 2013, integra el Ateneo de la entidad donde se afianzó.

El gremialismo, un camino que eligió para construir

Aramendi comenzó a vincularse en el mundo gremial. Contó que adquirió experiencia al estar entre colegas y productores, compartir con ellos viajes a congresos donde se capacitó, la motivó.

Luego de varios años en la división de jóvenes y formarse en el gremialismo pasó a ser parte de Comisión Directiva de mayores, primero como secretaria y luego por cuatro años como vicepresidente. La institución forma parte de la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (Carsfe) y de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), y María integra las comisiones de medio ambiente.

Aramendi manifestó que “las mujeres aportan visiones complementarias, dialogan con empatía y valoran el trabajo en red. Traccionan la innovación y la sustentabilidad, adaptándose a lo nuevo a través de buenas prácticas”.

Enfocada en un diálogo participativo, señaló que su gestión tiene varios objetivos, entre los cuales prioriza abrir las puertas de la institución para que todos los productores que deseen sumarse lo hagan para conformar equipos de trabajo. Otro tema excluyente para la productora es mejorar la comunicación del sector: “Ser partícipes de una visión distinta a la que política ideológica muestra, es importante”

Para Aramendi el gremialismo es trabajar y ponerse la camiseta. “Es perseverancia, lucha y mucho esfuerzo.  Se necesitan "gremialistas fuertes y profesionales que trabajen y hagan el lobby necesario para lograr políticas públicas como lo hacen otros sectores. Debemos sentarnos a negociar con el resto de la cadena porque el Gobierno negocia con la cadena no con los productores”, destacó.

Para finalizar, la presidenta de la entidad ruralista rosarina remarcó: “Somos un polo de trabajo, de producción de alimentos y de generación de divisas. Nuestro capital de trabajo es la tierra por eso que cuidamos a nuestro patrimonio de trabajo”.

El universo rural es un espacio que, como muchos otros, ha sido tradicionalmente ocupado por hombres.  En nuestro país, se van conociendo más  casos de mujeres impulsoras y  protagonistas del cambio que  abren y acompañan  el camino hacia la  equidad e inclusión, como lo hacen otros países del mundo.

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