El paquete de medidas anunciadas por el Gobierno, inconsultas con el sector productor, tienen el fin de reactivar el ingreso de dólares a la argentina.

Aunque desde el agro, se esperan magros resultados: "Con dólar para el agro de $ 50 y el de verdad a $ 140, bajar 3 puntos las retenciones no estimula la venta. No hay moneda ni confianza en el gobierno", comentó Luis Miguel Etchevehere, ex titular de la cartera de Agricultura, y sumó: "Además, el diferencial afecta también la confianza intra-cadena. Sin confianza no hay producción ni divisas", declaró, haciendo hincapié en el regreso del diferencial de retenciones entre la soja y sus subproductos, que el Gobierno volvió a instrumentar ayer luego de la eliminación que se había realizado bajo el gobierno de Mauricio Macri.

El presidente de Coninagro, Carlos Iannizzotto opinó que "bajar las retenciones sobre soja es una medida fiscalista que difícilmente tenga impacto, puesto que hay varios factores como la brecha cambiaria que no acompañan esta medida y la situación macro sigue inconsistente”.

El precio de la soja disponible en Rosario llegó ayer a $22850 o US$300. En Chicago la oleaginosa cotizó a US$376 para la posición noviembre, muy buenos valores, aunque los productores, cobran en pesos al cambio oficial menos impuestos y tienen costos dolarizados “blue”, sufren la brecha cambiaria y el margen se achica.

Sólo beneficia a algunos actores, que en particular no somos los productores agropecuarios. En rigor, estos anuncios están orientados más bien a una transferencia de los productores a otros sectores de la economía.

"Sólo beneficia a algunos actores, que en particular no somos los productores agropecuarios. En rigor, estos anuncios están orientados más bien a una transferencia de los productores a otros sectores de la economía", declararon desde la Mesa de Enlace. Por estos motivos, desde el sector aseguran que los productores solo venden lo mínimo indispensable de su producción para mantenerse a resguardo, cubrirse frente a la inflación y tener reserva de valor para enfrentar los costos de la próxima cosecha, cuestiones que las medidas comunicadas por el gobierno no llegarían a modificar. El mayor problema se encontraría en el cepo y la brecha cambiaria entre el dólar de la calle y el oficial, que tiene de rehenes a los productores de agro.

Cada dólar ganado, una vez que afronta los costos y riesgos, vale menos. Por ejemplo, si la producción de una hectárea de soja genera un resultado después de impuestos de 140 dólares oficiales, en realidad son 80 dólares billete.

“El cepo es una restricción que se pone sobre el tipo de cambio oficial. En este último tiempo tuvimos un dólar oficial a $75, dólar bolsa a $130 y dólar blue a $140. Esa brecha, superior al 70%, desincentiva la inversión y la producción, porque cada dólar ganado, una vez que afronta los costos y riesgos, vale menos. Por ejemplo, si la producción de una hectárea de soja genera un resultado después de impuestos de 140 dólares oficiales, en realidad son 80 dólares billete.”, detalló el economista jefe de FADA, David Miazzo.

La economía en general está regida por expectativas, no necesariamente por hechos concretos y la brecha del 70% entre el dólar de la calle y el oficial, genera inflación y expectativas devaluatorias o sinceramiento del dólar oficial (que el dólar oficial se acerque al “blue”), situación que decanta en acciones de “cobertura”, adquirir bienes dolarizados, ya sea productos o mercaderías dolarizadas para no quedar en pesos que se devalúan. En el caso del productor, las acciones son retener granos, o adquirir  y stockear insumos o maquinarias.

El endurecimiento del cepo sólo genera mayores incentivos a este tipo de prácticas, limitando la entrada de divisas e impulsando mayores importaciones.

“El endurecimiento del cepo sólo genera mayores incentivos a este tipo de prácticas, limitando la entrada de divisas e impulsando mayores importaciones. Por esto se dice que el cepo limita la pérdida de dólares de las reservas, pero también inhibe cualquier oportunidad de ingreso de dólares”, destacó el economista Miazzo.

Desde FADA,  opinan que debería apuntarse a un plan económico integral, a largo plazo que genere dólares genuinos y restablezca la confianza.

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Fuentes: Télam