El 31 de octubre la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina fue notificada del dictado de una conciliación obligatoria que obligó a suspender las medidas de fuerzas que se iban a desarrollar desde el 1 al 4 de noviembre.

"Nos abrazan como si fuésemos amigos y a solas festejan nuestras desgracias"

Las medidas anunciadas por ATILRA tenían como objetivo reclamar mejoras salariales para los trabajadores de la industria, los cuales, según el gremio, sufrieron una perdida tal de poder adquisitivo que no pueden acceder siquiera a lo que ellos mismos fabrican. El gremio advierte que el precio de la leche aumento más del 100% mientras que el salario de los trabajadores que hacen posible que estos productos lleguen a la góndolas "no se recomponen en tiempo y forma, conforme a la pirámide inflacionaria del país".

ATILRA reconoció que los trabajadores de la industria se sienten usados y denuncian el desinterés de parte de los empresarios lácteos a la realidad de los trabajadores y sus familias "nos abrazan como si fuéremos amigos y a solas festejan nuestras desgracias", expresa el comunicado.

Por otra parte, el gremio critica la postura de las cámaras empresarias del sector, que en lugar de negociar un salario digno para los trabajadores, abandonaron la mesa de negociación y solicitaron a la Dirección Nacional de Relaciones y Regulación del Trabajo una conciliación obligatoria. ATILRA le prometió a sus representados que en el caso de no recibir respuestas salarialmente satisfactorias, se retomarán e incrementaran las medidas de acción sindical