Lucio Amavet, secretario de Agricultura y Ganadería de la provincia de Entre Ríos, muy afectada por la bajante, aseguró que el Gobierno de la provincia del litoral está "preocupado y ocupado" ante la situación de bajante histórica del río Paraná, que registra alturas por debajo del nivel del mar y que está generando una degradación en vastos sectores económicos, productivos, turísticos y sociales.

Por estos motivos, según apuntó el funcionario provincial, en declaraciones a la agencia Télam, se encuentran "con Nación, Municipios y todos los sectores afectados trabajando en construir herramientas y decisiones políticas que hagan pasar con menos sobresaltos esta situación climática que llega por segundo año consecutivo".

A lo largo de la última semana, el río Paraná creció en su caudal por motivo de leves precipitaciones en su cuenca media y se mantiene hasta el momento con una altura de 8 centímetros frente a la capital entrerriana, pero sigue lejos de su nivel de aguas bajas(2,30 metros) y su altura promedio de 3,21 metros para este momento del año.

Así, llegó a los -12 centímetros (por debajo del nivel del mar) en los últimos días; y el Instituto Nacional del Agua (INA) proyecta que el rio descienda nuevamente hasta los -20 centímetros promediando el mes de julio.

A la altura de Diamante, el nivel del río aumentó al registrar los 34 centímetros de altura, pero por debajo de los 2,40 metros del límite y 1,09 metros menos que a principios de junio, según informaron desde el instituto.

En La Paz, el río Paraná se incrementó unos 20 centímetros en los últimos días manteniéndose en 60 centímetros, 1,20 metros menos que el 6 de junio pasado, medida muy inferior a los 3,20 metros de límite de aguas bajas y de los 4,22 que Prefectura Naval Argentina (PNA) marcó como promedio entre 1996 y 2020.

A la altura de Victoria, el río descendió 9 centímetros y se mantiene, desde fines de la semana pasada, en 1,09 metros; también muy lejos de los 2,60 metros que marcan las aguas bajas.

En1944, el año del triste récord nacional, la situación fue crítica y peor que la actual: frente a Paraná, el río marcó 1,40 metros por debajo del cero, al igual que en Diamante (-1,38); Victoria (-41) y en La Paz (-1,11).

La bajante "genera una gran problemática en la toma de agua de las ciudades, en el transporte fluvial, en el turismo y en el cuidado del recurso ictícola", apuntó Amavet.

En este marco y para manejar la situación, el Gobierno de la provincia de Entre Ríos impuso una veda a la pesca comercial en cuatro días semanales, se sumó a la reducción del 50 % de los cupos de exportación; y es la única provincia que redujo a la mitad los cupos de extracción y acopio comercial, que, según está estipulado, continuará hasta por lo menos el mes de septiembre de este año.

Además, según fue reportado, entre febrero de 2020 y marzo de 2021, se efectuaron 318 operativos de control y secuestraron 191 mallas antirreglamentarias, 111 reeles, 131 cañas y 45 líneas de mano, y se decomisaron 83.788 kilos de pescado por infringir la normativa de captura, transporte y acopio.

Esta situación "impactó fuertemente en acopiadores, fileteadores, transportistas y más de 3.000 familias de pescadores que viven de eso", detalló Amavet.

Según explicó el funcionario, actualmente, se encuentra habilitado "sólo un tercio de la exportación que se realizó en 2019" y será "el cupo de exportación más bajo de los últimos 15 años".

En este marco, las barcazas comerciales forzosamente "tuvieron que adecuarse a transportar mucho menos cantidad" y eso impactó en la "velocidad de navegación, donde hay pasos que se dificulta el tránsito y ha encarecido enormemente el transporte fluvial", sumó el funcionario.

Finalmente, señaló que el sector turístico se encuentra muy afectado también, ya que la escasa altura del río "no permite desarrollar la pesca deportiva, el atractivo principal de ciudades" como Santa Elena, Diamante o La Paz y que "activa económicamente a guías de pesca, hoteles, cabañas, locales gastronómicos y comerciales".

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