Alberto Fernández, a pocos días de haber cumplido su primer semana de gestión ya realizó modificaciones estructurales dentro del sector agropecuario. Sería ingenuo negar que muchas de las medidas que fueron tomadas estaban dentro de un plano previsibilidad, que de hecho motivó la liquidación anticipada de gran parte del stock, a los fines de evitar que la suba de retenciones afecte la ganancia después de tanta inversión del sector productivo.

Sin embargo, es incuestionable quelas reformas en materia impositiva van in crescendo, ya que según el oficialismo el campo es un sector económico clave para el ingreso de divisas y la regulación de las cuentas publicas.

Desde el oficialismo, fundamentaron que las modificaciones en los derechos de exportación para la cadena agroindustrial fueronactualizaciones, consecuencia del efecto devaluatorio que afectó la moneda. Pero se prevé que no se trata de una mera actualización sino que hay una posibilidad contundente de que las retenciones a los derechos de exportación lleguen al 35 por ciento.

“No se les pide, hasta acá, nada distinto a lo que pagaban hasta hoy”

Este 35% de retenciones se sumaria a la seguidilla de modificaciones en materia impositiva que el gobierno estableció el fin de semana pasado a través del Boletín Oficial, eliminando formal y efectivamente el tope de 4 pesos por dólar exportado y imponiendo un límite de tributo de 30% para la soja y 12% para el maíz, trigo y girasol.

A pesar de que Fernández realizó durante su campaña y discurso presidencial una promesa de diálogo y consenso para las medidas que se tomen dentro del sector, la publicación inconsulta de la eliminación del tope dio por tierra esas esperanzas de que el campo tenga un lugar dentro de la toma de decisiones. Igualmente,el presidente destacó que no busca imponer al campo este impuesto sino que las decisiones se tomaran en conjunto con el campo. Señaló que lo determinado durante el fin de semana no es un aumento de las retenciones sino una propuesta para poder, a partir de entonces, aumentar en 3 puntos las retenciones, “no se les pide, hasta acá, nada distinto a lo que pagaban hasta hoy”, de hecho procuró mostrarse conciliador sugiriendo que el aumento puede llegar a ser menor al 3% en el caso de que se llegue a un acuerdo.

En el caso de que las proyección de medidas tal como fueron ideadas por el oficialismo, se concreten, la soja tributaría un 33%; el maíz, trigo y girasol un 15% y la carne bovina un 12%. Sin embargo, el primer mandatario advirtió que para que se llegue a esa instancia deben darse dos condiciones: en primera lugar, quela suba sea dada en un marco de diálogo en la Mesa de Acuerdo Social en enero del año que viene. Y por otra parte, que el 70% de lo recaudado se destine a reforzar el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) del ANSES.

Con estas medidas, Alberto Fernández juega con fuego y casi al límite con un sector que no tolera un incremento de los derechos de exportación y las políticas impositivas restrictivas