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Gruesa sin errores gruesos

Uno de los efectos de las elecciones PASO de mayor impacto en el campo es la reducción del área de siembra de maíz tardío y de segunda, aquellos que se sembrarán a fines de noviembre y diciembre.

Por Gerardo Gallo Candolo | 26-10-2019 09:00hs

El efecto no se hizo sentir en el maíz de primera porque a mediados de agosto la semilla estaba comprada y, en algunos casos, los planes de siembra estaban en ejecución.

El agricultor no piensa invertir poniendo al aire libre una inversión que cosechará con un gobierno que pueda cambiarle las reglas de juego.

La justificación de los productores para tomar esa decisión es simple: la inversión en maíz respecto a un cultivo alternativo como la soja es mucho menor; aunque la oleaginosa tiene algún gasto más de insecticidas que en el maíz, la inversión en el cereal sumando la diferencia del costo de la semilla y fertilizantes nitrogenados es mayor a los 250 dólares por hectárea. El agricultor no piensa invertir poniendo al aire libre una inversión que cosechará con un gobierno que pueda cambiarle las reglas de juego.

Esa justificación que pretende “poner menos dólares a la intemperie” va acompañada por otras que pueden restar rentabilidad y seguridad económica a los campos. Esperar que la mayor parte del margen caiga en un solo cultivo es asumir mayores riesgos (por precios y clima); pero también, con ese mismo razonamiento de arriesgar menos el productor ventila más de su propia semilla.

Esa decisión de cambiar la rotación tiene también implicancias negativas para el suelo por restar rastrojos a incorporar el otoño que viene (menor materia orgánica para al suelo). Como el maíz es el cultivo de verano que más se fertiliza con Nitrógeno, ese nutriente deja de sumarse al suelo (no todo el fertilizante se lo llevan los granos).

CONSEJOS A TENER EN CUENTA

A aquellos productores que insisten en esta tesitura les recomendaría:

  • Si piensa todavía sembrar soja con semilla propia haga las siguientes cuentas: cada año los semilleros lanzan materiales que, en promedio, rinden entre 2 y 3% más que la del año anterior. Además una semilla comprada original tiene siempre excelente emergencia y vigor para emerger, defenderse de cuestiones adversas y ganarle el tirón a las malezas.
  • A la soja que siembre súmele algo más que lo habitual de fertilizante fosforado para un buen arranque. Este año no debe fallar.
  • Si se queda con esas pocas hectáreas de maíz de primera, más todavía si “sufrió” esperando el agua de estos días, súmele una dosis extra de urea u otro fertilizante nitrogenado a 5 – 6 hojas del cultivo. El rinde y el suelo se lo agradecerán.

 

(*) Ingeniero Agrónomo y Periodista Agropecuario; asesor y administrador de empresas agropecuarias y analista del sector en medios periodísticos: Radio Mitre, Radio Cooperativa y Canal 26.

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