El periodista económico, Guillermo “Willy” Kohan, comunicó su mirada sobre la actualidad local.Opinó que en la Argentina  se está agravando la falta de dólares, y por este motivo, "el cepo a las importaciones se va a poner cada vez más estricto", a lo que hay sumar las "señales anti empresarias del Gobierno" (por la suspensión de exportaciones de maíz).

El analista económico desarrolló la reflexión en su espacio en Radio Mitre, analizando la presión impositiva del gobierno sobre los diferentes sectores productivos de la economía y las posibles consecuencias de las recientes limitaciones para importar ciertos productos.

Cuando el maíz vale en el mundo unos 32.000 pesos la tonelada, en Argentina se le pagan 20.000 al productor y 12.000 al Gobierno.

Según su visión: "Por el cepo cambiario se estaban usando las reservas que pone el campo para comprar caviar. Se fundió al campo y nos quedamos sin caviar y sin dólares. El problema ahora son los 500 productos de consumo que van a empezar a faltar y van a comenzar a generar aumento de los precios locales. ¿Por qué una heladera vale el doble de lo que vale en el resto del mundo?", subrayó, referenciando a las medidas que dispuso esta semana el Banco Central, que incluyen a pulverizadoras, sembradoras y cosechadoras.

Agregó, además: "Cuando mirás los precios de los alimentos en Argentina, son mucho más baratos que en el resto del mundo, pese a que el campo es el sector al que más impuestos se le aplica", en su opinión la inflación sería la causante del desbarajuste.

Para graficar su mirada describió la presión impositiva del gobierno sobre la producción, "cuando el maíz vale en el mundo unos 32.000 pesos la tonelada, en Argentina se le pagan 20.000 al productor y 12.000 al Gobierno"; y subrayó que en el caso de las retenciones a la soja, la ecuación arroja resultados aún más desfavorables para los productores: "En Paraguay está US$ 500 la soja, que son unos 72.500 pesos la tonelada. En Argentina el productor recibe unos 32.000 y el Gobierno 40.000. El Gobierno cobra más que los productores, que invierten y arriesgan".

En el caso del precio de la carne, Kohan analizó que "el kilo vivo en Liniers se paga entre 170 y 150 pesos. Es lo que recibe el productor. El ojo de bife vale 800 pesos el kilo. El productor recibe 5 veces menos lo que vale en la góndola".

"En leche, de lo que vale en la góndola, un 30% se lleva el tambero y el Gobierno se lleva 30% de impuestos", redondeó.

Así, llegó a la conclusión de que "es fácil echarle la culpa al campo", según declaró y cerró su análisis haciendo referencia al problema de la inflación y el costo de los alimentos. Planteó la siguiente dicotomía: "El campo es el sector al que más impuestos se le cobra y que pone los precios más baratos que en el resto del mundo".