ANÁLISIS INTERNACIONAL

La caída de la sindicalización conduce a una mayor desigualdad

Distintos estudios apuntan a una fuerte relación entre la existencia de sindicatos fuertes y mayores niveles de igualdad económica.

Por Ignacio Lautaro Pirotta | 13-09-2020 01:00hs

Un estudio publicado esta semana por el Instituto de Investigaciones Santa Fe, de los Estados Unidos, trajo nuevas evidencias sobre la relación entre la caída en los niveles de sindicalización y el aumento de la desigualdad.

En caso de los Estados Unidos, es uno de los países que experimentó mayor crecimiento de la desigualdad en las últimas décadas, en simultáneo con una progresiva caída de la sindicalización. Según los datos presentados en esta nueva investigación, que profundiza la línea la correlación ambos fenómenos, a mediados de los 70’s, cerca del 25% de los trabajadores estadounidenses estaban sindicalizados. Actualmente, esa cifra se redujo al 10%.

Esta caída en el nivel de sindicalización fue acompañada por el aumento de la desigualdad, fundamentalmente, a costa del incremento de los ingresos del sector 10% más rico, a partir de los años 80’s. Es decir, si en 1980 el 10% más rico recibía el 32% del ingreso total; en 2015, recibía el 47,8%. Esta tendencia de las últimas décadas se contrapone a la de mediados de siglo XX, cuando la distribución de los ingresos era mucho más equitativa. De esta manera, la creceitne desigualdad se retrotrae a niveles peores de los de la primera mitad del siglo XX en Estados Unidos.

La forma de “U” que mostró la curva de la desigualdad en ese país y la significativa caída de la sindicalización, hicieron de Estados Unidos el caso más estudiado sobre la correlación de ambos fenómenos.

Sin embargo, tal correlación no tiene lugar solo en el país del norte y hay estudios similares en varias partes del mundo, incluyendo a la Argentina, así como trabajos que comparan grupos de países. Desde 2015, algunas investigaciones publicadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) han avanzado en la misma dirección, sosteniendo, entre otras cosas, no solo la relación entre sindicalización e igualdad, sino que el efecto positivo de los sindicatos no se limitaría solo a sus afiliados, sino que influiría positivamente en una más equitativa distribución de ingresos. Así lo sostienen Florence Jaumotte y Carolina Osorio en un trabajo publicado en 2015 por el organismo. Otro estudio sobre el tema, es el de Carlos Mulas y Maura Francese, publicado y premiado por el FMI, el cual indica que la brecha de los ingresos está asociada a tres factores: el crecimiento de la globalización financiera, el decrecimiento de la sindicalización industrial y la reducción del tamaño del Estado.

Por otra parte, un documento publicado por el Instituto de Economía Política, también en Estados Unidos, sobre la misma materia, sostiene que los sindicatos son instituciones esenciales para una economía justa y una democracia "vibrante". La representación de los trabajadores y la negociación colectiva serían fundamentales para la prosperidad del conjunto de la sociedad. En ocasión de aquella publicación, que fue reproducida en distintos medios, como el Washington Post, el gráfico elaborado por los investigadores, que muestra de manera contundente la correlación entre caída de la sindicalización y el aumento de los salarios más altos (ver imagen), se popularizó en redes sociales.

Actualmente en países como Argentina se observan campañas contra los sindicatos al mismo tiempo que avanza el fenómeno conocido como uberización, es decir, la economía a partir de plataformas digitales como las aplicaciones para celulares. La informalidad de la economía, no obstante, es un problema anterior a la aparición de nuevas tecnologías.

Por otro lado, de acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2014 la Argentina tenía un nivel de sindicalización del 27,7%, contra el 42% del año 2001. A pesar de la caída en la sindicalización, durante el período 2003-2014 el país redujo la desigualdad a partir de múltiples políticas entre las que se encuentra la revitalización de los sindicatos mediante la negociación salarial colectiva, según lo explica la tesis doctoral de Lucía Trujillo Salazar, de la Universidad Nacional de La Plata.

De acuerdo al Informe sobre la desigualdad global de 2018, del Laboratorio Sobre la Inequidad Global, la desigualdad ha crecido en prácticamente todas las regiones en las últimas décadas. Sin embargo, ha avanzado de forma diferente en cada país, lo que, según el informe, muestra la influencia de las distintas políticas e instituciones sobre la desigualdad.

Una de las diferencias más llamativas en cuanto al ritmo de avance de esta problemática, se da entre Europa Occidental y Estados Unidos. Mientras que en ambos el 1% más rico tenía una participación del 10% sobre los ingresos totales en 1980, para 2016 en Europa Occidental el 1% ganaba el 12% de los ingresos totales, mientras que en Estados Unidos esa cifra había subido al 20%. Nuevamente, la caída de la sindicalización aparece como uno de los factores explicativos de la creciente desigualdad.

El politólogo polaco, Adam Przeworski, uno de los mayores teóricos de la democracia de los últimos tiempos, sostiene que la desigualdad económica constituye una limitación para la democracia. Pues, la desigualdad económica termina convirtiéndose en desigualdad política dada la capacidad de influir de los sectores más favorecidos. Con todo, la democracia es la mejor forma de gobierno, centralmente porque permite "deshacerse", mediante las elecciones, de los gobernantes de turno, en caso de así desearlo.

Por todo lo dicho, podemos concluir que los sindicatos están llamados a ocupar un rol central en la construcción de una sociedad más justa, igualitaria y democrática.

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