Es la primera diseñadora de nuestro país en obtener la certificación WILDLIFE FRIENDLY a partir de su trabajo junto a una cooperativa de la Península de Valdés que produce lana merino bajo un proceso totalmente sustentable. Esta calificación se apoya en el respeto por la vida silvestre animal, cada vez más ponderada en el mundo, y agrega valor a su propuesta.

“La clave de mi trabajo está en la pasión por las fibras, mi vínculo con los géneros empieza desde que era chica cuando mi abuelo me regaló una máquina de coser” comentó María en su presentación.

Estudió Publicidad, diseño de moda en el London College of Fashion, vivió en París donde trabajó en una agencia de prensa especializada en moda.  En 2010 volvió a la Argentina decidida a hacer su propia firma de tejidos.  Al final del 2013 lanzó su primera colección de echarpes y cuellos en fibras naturales de merino y alpaca y se presentó en la feria Fashion Factory de Milán. A fines de 2014 la revista inglesa Wallpaper le hizo una entrevista y así empezó el desarrollo de su marca, en la actualidad exporta más del 80% de su producción a Japón.

El tejido está hecho en rueca y mediante máquinas que están a mitad de camino entre lo industrial y artesanal.

María usa para sus prendas sólo lana merino de Península Valdés e incluyo fibras de guanaco de la cooperativa Payun Matru, hilados de llama y baby llama de Abrapampa, hilados de mohair de una cooperativa de Zapala en Neuquén e hilados de alpaca.

El tejido está hecho en rueca y mediante máquinas que están a mitad de camino entre lo industrial y artesanal. El resto es todo a mano donde usa las tres técnicas ancestrales del tejido: los telares manuales, las dos agujas y el crochet.