Bandidos Rurales

Mate Cosido: el bandido rural que le dio puntadas sin hilo a la alta sociedad

Mate Cosido, un criminal sin escrúpulo que no se ponía colorado a la hora de delinquir. Nacido en Tucumán pero reconocido en muchas provincias por robar, estafar, y muchas veces asesinar. Esta historia puede marcar rechazo o admiración por uno de los bandidos rurales más tenebroso que tuvo nuestro país. ¿Te animas a conocer más sobre este hombre que llevaba en su cabeza una cicatriz espeluznante que le regaló el apodo de Mate Cosido?

Por Redacción El Agrario | 09-02-2020 12:52hs

Este es el caso de Segundo David Peralta o más conocido como Mate Cosido. Desde su nombre hasta su muerte hay muchas opiniones encontradas, algunos lo escriben con s otros con c, están los que afirman que a la hora de robar prohibía el uso de armas de fuego, mientras otros, como el periodista fallecido Enrique Sdrech en su libro “Crímenes Famosos” argumenta que era reconocido por ser diestro tirador con su Colt 45, pero lo que nadie puede negar es que su nombre está en boca de todos los valientes que se animan a contar las leyendas más oscuras del ámbito rural.

Mate Cosido se diferencia de algunos bandidos porque aunque resulte irónico cuando dejaba a la víctima viva, la misma agradecía por su buen comportamiento. Sus robos eran finos, delicados y pensados estratégicamente. Por eso no se quedó con el simple hecho de llevarse lo ajeno, si no que apostó a más, estafando a multinacionales y a grandes productores. Su estrategia era vestirse de trabajador rural y utilizar falsos documentos, engañar y atacar.

Detrás de la historia particular de Segundo David Peralta hay una vinculación con el contexto social y cultural de la época.

Su primer robo fue a un productor italiano, dueño de una quinta que cultivaba sandías. Lo sorprendieron mientras comía una porción bajo un árbol cerca de la zona. Muchos afirman que esa detención fue violenta y que lo marcó para toda la vida, provocando que se involucre en el mundo de la delincuencia para siempre. Lo que empezó con un simple robo terminó en estafas y asesinatos.

Córdoba, Corrientes, Chaco y Santiago del Estero le temían, de tanto visitar cárceles se hizo amigo de Rossi, conocido como El Calabrés, y del Vasco (Zamacola). Tiempo después se le sumaría a la banda el Chileno y el Catalán. No nos podemos olvidar de su mayor cómplice, Juan Bautista Vairoleto.

El problema surgió cuanto Mate Cosido quiso ser una especie de Robín Hood y obsequiar a familias carenciadas de la zona rural, parte de lo que venían robando. Sus socios no vieron con buenos ojos este acto y las discordias empezaron a salir a la luz. La desconfianza y la falta de compañerismo se empezaron a sentir cada vez más y así fue como la banda comenzó a tener desprolijidades, lo que llevó a la muerte del Calabrés en un robo.

Pudimos dialogar con Ezequiel Soria, Licenciado en Criminalista y afirmó que “detrás de la historia particular de Segundo David Peralta hay una vinculación con el contexto social y cultural de la época, de cierto honor y reivindicación en su forma de actuar como único medio de defensa ante la marginación y el aislamiento de la cual fuera parte. Si el Dr. Giuseppe Ingegnieros (en criollo, José Ingenieros, parte importante de la reforma criminológica moderna en Argentina) pudiera calificar dicho comportamiento, lo encasillaría como un delincuente por anomalías morales. Ya sea por el motivo que fuere: falta de recurso intelectual, el precoz inicio de sus rebusques para ganarse la vida, insuficiencia de contención, la no aceptación de un grupo determinado de la sociedad, la hermandad de los que pasaban por su misma situación, alentando y siendo beneficiarios de sus robos. Todas las razones parecerían válidas para justificar su accionar, el perfecto Robín Hood de toda la región norte de nuestro país, un auténtico defensor de la causa de los pobres y de lo nacional y popular".

“Surge una de las grandes dicotomías de la moralidad social moderna. Para relacionarlo con un concepto muy actual, Peralta no buscaba más que el empoderamiento de su grupo social, la reivindicación de lo que creía lo justo, transformar las cualidades del hampa que forjó en un grito de rebelión que lo lleve a realizar su aporte para lograr una igualdad de derechos y de recursos. Era la única herramienta y método con el que contaba el buen David para poder llevar a cabo sus ideales. Hoy en día, saldría en agrupaciones sociales con banderas y estandartes a la calle pidiendo nuevas leyes o reformas sociales”, agregó el licenciado en criminalista.

De todas formas, esta disputa en el equipo no lo frenó, empezó a incorporar nuevas metodologías en su accionar, fue así como le dio lugar a los secuestros extorsivos, y esto da pie al comienzo de su final. Fue el pago de un rescate con un gran desplegamiento policial el que causó su desaparición y cuando digo desaparición no me refiero a algo poético, si no a que realmente nunca más se lo volvió a ver.

Algunos dicen que un disparo en la cadera culminó con su vida, otros comentan que escapando de la gendarmería llegó a un humilde hogar donde se encontró con un niño muy enfermo, los padres le comentaron que no tenía dinero para pagar un doctor, Mate Cosido salió en busca del mismo, lo trajo y luego de eso se esfumó. Otros argumentan que falleció en una especie de cueva secreta que fabricó para que la fuerza policial no lo encuentre.

Son muchas las versiones, el final de su historia es abierto, su desaparición es concreta lo que hizo convertirlo en un bandido fantasma, pero lo que sí está claro es que Segundo David Peralta revive cada vez que su nombre es mencionado al contar su historia.

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