Se estima que las exportaciones de carne vacuna cerrarán el año con un total de ventas de 800 mil toneladas de carne, que representan 3 mil millones de dólares. La demanda del mercado chino es insondable, a punto tal que muchos productores se vieron obligados a faenar grandes cantidades de hembras. El presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), Miguel Schiariti, informó que fueron 606.200 vacas faenadas durante este año, un 8,1% más interanual y el 50 de las mismas fueron a faena preñadas.

La magnitud de las exportaciones viene apoderándose del mercado interno, ya que según fuentes privadas, el mercado chino está ampliando su paladar por cortes tradicionales argentinos, como el asado y el vacío. En el caso de que se comiencen a exportar esos cortes, aumentarán de precio de manera desmedida volviéndose aún más prohibitivos para el mercado interno, estiman que los aumentos se empezarán a reflejar entre diciembre y marzo del 2020 y podrían ser de alrededor de un 40%.

Ese aumento, se sumaría a la compleja situación que atraviesa el mercado interno, desde CICCRA anunciaron que el consumo de carne vacuna acumula una baja de 5.5 kilos de carne en lo que va del año: quedó en 51,4 kg/hab/año, uno de los registros más bajos de los últimos diez años. Las plantas que abastecen el mercado interno se encuentran muy por debajo de su capacidad operativa, y las carnicerías padecen la falta de ventas por la crisis económica que modificó el consumo interno.

La Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores, presidida por Leonardo Rafael, denuncia que el poderío obtenido por los exportadores durante estos años récord es utilizado para descartar competidores “en un ejercicio desmedido de su poder económico y de lobby”.

A su vez, Rafael sostiene que los exportadores “ignoran la realidad económica de la población argentina y solo quiere ganar más eliminando a los pequeños y medianos productores. Impulsan medidas comerciales, fiscales e impositivas que no sólo tienen consecuencias en los industriales y comerciantes sino fundamentalmente en los precios que pagan las familias."

La situación pone en un aprieto al mercado interno, de por si las ventas están bajas por los precios y se agravaría si se trasladan los aumentos a los precios del mostrador. Pero si no suben los precios, los costos no cierran y terminan por ser prácticamente absorbidos por las exportaciones