ANÁLISIS INTERNACIONAL

Mercosur: ¿Se parte, se dobla o todo sigue igual?

Uruguay parece dispuesto a concretar la demanda que sostiene hace años de flexibilizar el bloque. Sin embargo, los intereses de los industriales de los cuatro países, en especial Brasil, apuestan a mantener el Arancel Externo Común y el mecanismo de negociación conjunta.

Por Ignacio Lautaro Pirotta | 11-07-2021 10:00hs

La unión aduanera Mercosur enfrenta el desafío de fuertes demandas por flexibilizar dos de sus instrumentos centrales: El Arancel Externo Común y el mecanismo de la negociación comercial como bloque, que veta la posibilidad de negociaciones unilaterales con miembros extrabloque. Este segundo instrumento es el que Uruguay expresó estar decidido a flexibilizar, al anunciar este miércoles que iniciará negociaciones comerciales unilateralmente y ratificado por Lacalle Pou en la reunión de presidentes del jueves. Violar dicho mecanismo unilateralmente puede suponer la implosión del bloque o un cambio radical del mismo, acondicionamiento normativo mediante, ya que violaría los principios normativos del bloque. Sin embargo, lo que Uruguay está haciendo es doblar la apuesta en su demanda que ya tiene varios años en un momento en que la presidencia del mismo pasa a manos del brasileño Jair Bolsonaro por los próximos 6 meses. Bolsonaro, de la mano de su ministro de economía liberal, Paulo Guedes, prometió la flexibilización desde el inicio de su mandato como presidente de Brasil. Aunque luego pasó a valorarlo, al día siguiente del triunfo de Bolsonaoro, Guedes expresó que el Mercosur no era una prioridad. Hoy lo que el Gobierno brasileño anhela es la reducción del AEC y posibilitar negociaciones unilaterales. El respaldo de Brasil a la vieja demanda uruguaya por flexibilizar el bloque puede haber sido  clave para el impulso que Lacalle Pou le está dando al tema.

Paradójicamente, el visto bueno de Brasil hizo que Uruguay se envalentone en su demanda de flexibilizar el bloque, pero Brasilia tiene grandes dificultades en llevar adelante esa promesa. Brasil es el país más industrializado de los cuatro miembros, y tanto el mecanismo del Arancel Externo Común como el de negociaciones por bloque sirven para proteger a las industrias locales. De allí la enorme resistencia interna que se le presenta a Bolsonaro, incluso cuando también hay intereses creados en favor de la flexibilización.

Un detalle no menor de lo que sucede en Brasil fue puntualizado tiempo atrás por el politólogo uruguayo Camilo López Burian y es que un cambio en el Mercosur podría tener resistencias en el Congreso brasileño, por los intereses que representa cada congresista vinculado a enclaves electorales con fuerte peso de industriales, incluso entre legisladores próximos al presidente. Otro aspecto a tener en cuenta son las federaciones de industriales, siendo la FIESP, de San Pablo, la de mayor peso. Los industriales ya han expresado preocupación por el futuro del bloque, incluso cuando su Paulo Skaf se mostraba muy cercano al presidente Bolsonaro. Esta semana la FIESP renovó autoridades y Skaf dejó de presidir la entidad luego de 17 años. El nuevo presidente, que recibió el apoyo de su antecesor, es Josue Gomes da Silva, hijo del empresario textil José Alencar, quien fuera vicepresidente de Lula da Silva y clave para el acercamiento del dirigente sindical con el mundo empresarial. El estado de San Pablo posee casi 3 millones de puestos de trabajo industriales y su PBI industrial representa un tercio del PBI industrial de Brasil. La Confederación Nacional de la Industria de Brasil ya manifestó su apoyo al bloque en más de una oportunidad, así como los industriales de Paraguay, Uruguay y Argentina.

Otro de los desafíos del Mercosur es el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea. Al respecto, Brasil le facilitó el trabajo al Gobierno de Alberto Fernández, que adopta una postura proteccionista, ya que la mal reputación del brasileño, sobre todo en materia de medio ambiente, sirve de chivo expiatorio para los países europeos reticentes con el acuerdo, con Francia a la cabeza. Así, la deforestación del Amazonas sirve como ariete detrás del cual se encolumnan intereses como la defensa de los productores agropecuarios europeos.

Asunción, si bien es cercana a Brasilia y tiene sintonía ideológica con Bolsonaro, expresó este miércoles que va a mantenerse firme en la defensa del bloque y el mecanismo de negociación conjunta, señalando que Uruguay no debe tomar medidas unilateralmente. Paraguay se ha expresado a favor de la reducción del AEC.

Lo que Uruguay pretende con el anuncio de que iniciará negociaciones unilaterales con miembros extra bloque es forzar la flexibilización del bloque durante la presidencia de Jair Bolsonaro que comenzó este jueves. Algo así como un mensaje de que hasta acá llegaron sin tener respuesta a su demanda. En consecuencia, Brasil pasa a ser clave por su condición de presidente pro tempore y la tensión interna entre los actores económicos en relación a la puja entre mantener el status quo y flexibilizar.

Brasilia envalentonó a Montevideo, pero San Pablo tira para el lado de mantener el status quo. Por eso en casi tres años con Bolsonaro al frente y a pesar de que desde el día 0 Paulo Guedes dijo que el bloque no tenía relevancia, el Mercosur ni se quebró, ni se dobló. ¿Todo seguirá igual en la etapa que viene por delante?

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