MES DE LA INDEPENDENCIA

Mujeres que hicieron patria: Macacha Güemes

Una narrativa museológica llevada adelante por el Museo Nacional de la Independencia Casa Histórica decidió rescatar el rol político y militar de las mujeres en la gesta independentista de nuestro país y de otros países de América Latina.

Por Gabriela Simonotti | 18-07-2021 09:00hs

"Venimos trabajando desde hace cuatro años con una perspectiva de género para reflejar la participación de las mujeres en el proceso de la independencia. Es una forma de rescatar las historias de aquellas mujeres que nos abrieron camino en la conquista de derechos", sostuvo ante Télam Valentina Mitrovich, historiadora responsable del Área de Investigación del Museo Nacional de la Independencia Casa Histórica, ubicada en Tucumán.

"Los registros históricos sobre el rol de las mujeres las muestran en el ámbito privado; no tenían poder de decisión y desde el punto de vista legal eran consideradas menores de edad en el ámbito público. Sin embargo, tuvieron una importante participación política y militar", argumentó la especialista.

Es habitual pensar que el lugar de las mujeres en el proceso independentista fue por mucho tiempo olvidado o minimizado por las narrativas históricas. La invisibilización no fue el mayor problema, sino cómo la historiografía del siglo XIX se encargó de construir un estereotipo de las mujeres en la historia. Es decir, se las pensó y asoció solamente en los roles de madres, de esposas y de amas de casa. Allí la conjugación maternidad y familia constituyeron el lado mítico de definición de lo femenino en la historia.

Es necesario recuperar sus voces, acciones y derroteros para construir una idea de la independencia más igual y justa.

Sin embargo, no podemos interpretar de manera lineal la historia de las mujeres sin pensar que a estos mecanismos de control se opusieron enormes y valientes actos de rebeldía y autonomía. Durante el período de la Independencia, la guerra abrió nuevos espacios en los que las mujeres no sólo actuaron como guerreras, sino también como espías, mediadoras, enfermeras y encargadas de logística. Su intervención fue muchas veces clave para el triunfo de las tropas patriotas frente al avance enemigo.

Algunas de esas mujeres fueron María Magdalena "Macacha" Dámasa Güemes de Tejada, colaboradora del general Martín Miguel Güemes, que era su hermano, en la causa patriótica; María Remedios del Valle, considerada Madre de la Patria, nombrada por Manuel Belgrano capitana del Ejército del Norte; Manuela Pedraza, una mujer tucumana que venía teniendo una participación activa en el proceso soberano; Juana Azurduy, conocida como la Amazona de la Libertad, fue una mujer indígena guerrera que participó activamente en las revoluciones de Chuquisaca y La Paz, y después se sumó al Ejército del Norte siguiendo las órdenes de Manuel Belgrano, entre otras.

Belgrano además nombró a 120 mujeres como parte de su Ejército. "Se trató de algo impensado para la época, que fue de la mano con sus ideas de que las mujeres debían tener una educación igualitaria a la de los varones", señala Mitrovich.

Todos los 9 de julio, celebramos una vez más el cumpleaños de la independencia de nuestra patria y nuevamente repasamos aquel día donde veintinueve congresales firmaron el acta de libertad. El repaso no sería honesto sin la inclusión de las mujeres durante ese proceso histórico. Por esa razón, 

 

 

Historia de Macacha Güemes

María Magdalena Dámasa Güemes de Tejada (Salta, 11 de diciembre de 1787 — 7 de junio de 1866), conocida como Macacha Güemes, fue una patriota argentina, hermana del general y luchador por la Independencia argentina Martín Miguel de Güemes, y una de sus principales colaboradoras. Tuvo una destacada trayectoria pública en su provincia natal y en el ejército de gauchos de su hermano en el marco de la Guerra Gaucha. Es reconocida como una de las más importantes mujeres de la independencia argentina y de la provincia de Salta

Nació en el seno de una familia acomodada de hacendados y funcionarios realistas, hija de Gabriel de Güemes Montero, tesorero real de la corona española, y de Magdalena Goyechea, quien descendía de los conquistadores españoles y encomendados al norte del Virreinato del Río de la Plata.

En octubre de 1803,  a los dieciséis años, contrajo matrimonio con Román Tejada, hijo de una de las familias más tradicionales y antiguas de Salta y capitán del Regimiento de Patricios en aquella ciudad, con quien tuvo una hija, Eulogia. A pesar de su pertenencia a la alta sociedad salteña, al igual que su hermano Martín y su marido, llevó buen trato con los peones de sus haciendas, de quienes consiguió lealtad y respeto, los cuales serían integrantes de su futuro ejército.

Junto con su hermano organizó un ejército de gauchos, que fueron conocidos como Los Infernales, cuya participación se dio en defensa del territorio de las actuales provincias de Salta y Jujuy

Su primera participación pública fue en defensa de su marido, quien como Capitán del Regimiento de Patricios fue destinado como castigo a Famatina, en La Rioja, por una ofensa a un compañero, al sargento primero José Luis Pacheco. Sus reclamos lograron el cese de la condena y el retorno a la ciudad de Salta.

Al estallar la Revolución de Mayo, en 1810, adhirió a la causa independentista junto con su hermano, quien se encontraba dedicado a la carrera militar desde los catorce años. Junto con él organizó un ejército de gauchos, que fueron conocidos como Los Infernales, cuya participación se dio en defensa del territorio de las actuales provincias de Salta y Jujuy frente a las fuerzas realistas y oponiéndose a Nicolás Severo de Isasmendi, gobernador salteño en aquel momento.

Convirtió su casa en un taller para la confección de uniformes para aquel ejército y, cuando la ciudad de Salta fue sitiada por las autoridades fieles a la Corona española, realizó tareas de espionaje para proveer de información al ejército de gauchos sobre las tropas realistas, valiéndose de diversos métodos, como ocultar papeles en su pollera o dejarlos en un hueco realizado en un tronco de un árbol en la ribera del río Arias. En ocasiones, concurría a caballo al campamento del ejército, incluso encontrándose embarazada, para transmitir mensajes de urgencia.

Mientras Güemes combatía al mando de su ejército en la Guerra Gaucha condujo el Gobierno provincial.

Güemes se enfrentó con el general José Rondeau, director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, porque este lo declaró traidor, ya que se apropió de armamento en Jujuy para armar a su ejército luego de haber combatido bajo sus órdenes en la batalla de Puesto del Marqués en 1815. La popularidad de Güemes tras la victoria en aquella batalla lo llevó a ser elegido como gobernador de Salta y Rondeau buscó intervenir militarmente por considerar que ello se trataba de una insubordinación. Macacha ofició de mediadora y tras entrevistarse con ambos, logró un pacto de no agresión, conocido como Pacto de los Cerrillos, que además establecía la continuidad del ejército de gauchos bajo la dirección de su hermano, el 22 de marzo de 1816.

Mientras su hermano combatía al mando de su ejército en la Guerra Gaucha condujo el Gobierno provincial.Se encargó de desarmar operaciones contra su gobierno, que despertaba desconfianza entre las familias de la élite salteña, pues no aceptaban un gobierno gauchesco, y formaron el partido opositor Patria Nueva. En contraposición, junto con José Ignacio de Gorriti formó el partido Patria Vieja, sostén del Gobierno de Güemes hasta su fallecimiento.

Fue encarcelada junto con su madre y otros simpatizantes de su partido pero debieron ser liberados por una sublevación del ejército gaucho, conocida como la Revolución de las Mujeres.

Su hermano falleció en junio de 1821, a raíz de una herida de bala tras un enfrentamiento con el coronel José María Valdez en su casa de Salta, mientras ella se encontraba allí. Sin embargo, siguió sirviendo a la causa revolucionaria. Fue encarcelada, junto con su madre y otros simpatizantes de su partido, por el gobernador José Antonio Fernández Cornejo —opositor a Güemes y sus gauchos—, pero debieron ser liberadas por una sublevación del ejército gaucho, dándose saqueos en la ciudad de Salta el 22 de septiembre de 1821 en el episodio conocido como Revolución de las Mujeres, que desencadenó el derrocamiento de Fernández Cornejo y su reemplazo por Gorriti.

Adhirió al Partido Federal y participó en los levantamientos contra el gobernador Juan Antonio Álvarez de Arenales en 1824, a quien los federales acusaban de querer perpetuarse en el cargo, y de nuevo contra Fernández Cornejo, nombrado por los unitarios, en 1834. Falleció el 7 de junio de 1866 en la ciudad de Salta, a los 79 años, retirada de la actividad pública, dedicada al cuidado de su nieto, Virgilio Mariano Tedín.

Macacha Güemes es reconocida como una de las mujeres más destacadas de la independencia argentina y de la provincia de Salta, donde diversas calles y plazas le rinden homenaje. Durante la gestión de Miguel Isa como intendente de Salta, en 2014, se buscó trasladar sus restos al Panteón de las Glorias del Norte, en la catedral de la ciudad, donde se encuentran las cenizas de su hermano. La iniciativa no prosperó. El Boulevard Macacha Güemes del barrio Puerto Madero en la ciudad de Buenos Aires, donde la mayoría de los nombres de las calles de aquel corresponden a mujeres, lleva su nombre desde 1995 mediante la Ordenanza 49.669.

En próximas notas, narraremos la historia de otras mujeres heroicas protagonistas de la lucha por la independencia de nuestro país y países limítrofes.

 

Seguir leyendo: Saldrá un billete en honor al prócer salteño Martín Miguel de Güemes

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