RECOMENDACIONES A PRODUCTORES

Ojo al rastrojo

Este es el tiempo de aprovechar los primeros rastrojos de maíz, pero en algunas circunstancias pueden producir una enfermedad en los animales poco frecuente pero muy peligrosa. Hagamos un rápido repaso sobre la Diplodiosis: su causa, síntomas y cómo controlar sus efectos.

Por Gerardo Gallo Candolo | 01-05-2020 09:30hs

Los animales que comen rastrojos contaminados con micotoxinas presentan alteraciones neuromusculares, principalmente en su médula espinal, se quedan sin fuerzas, no comen, tienen temblores y no se pueden levantar, entre los signos más observados. El daño empieza a verse entre los dos a doce días del inicio del pastoreo y no solo en vacunos, también se sabe de sintomatologías similares en ovinos, caprinos y yeguarizos. Estos son síntomas producidos por toxinas producidas por el hongo Stenocarpella m. el principal agente de la Diplodiosis; enfermedad observada en argentina por primera vez en 2003.

Las toxinas están presentes en el tallo y en las espigas. No se detectaron síntomas por usar los granos contaminados como ración al diluirse con el resto de granos cosechados de plantas sanas. Se entiende que hay más toxina presente en los tallos que en los granos.

Lo ideal sería recorrer el lote antes de la cosecha para observar si hay presencia del hongo, ya que sobre el rastrojo es más difícil detectarlo. En plantas enfermas se observa un moho algodonoso blanco entre las hileras de granos descoloridos ("grano quemado") y también en el interior de la espiga. Normalmente la chala se seca y toma un color gris mientras la planta conserva su color verde: cuando se abre la espiga tiene una apariencia pajiza, blanqueada y con ese crecimiento algodonoso entre los granos. La base de las plantas infectadas tiene lesiones de color marrón oscuro y se quiebran fácilmente. El interior de la caña se encuentra decolorada y putrefacta.

En caso que detectemos presencia importante del hongo, aunque no siempre se dan las condiciones para que produzcan toxinas, no convendría utilizar su rastrojo si fuese posible. En caso que tengamos dudas porque su diseminación es algo aleatoria y tengamos la necesidad de utilizarlo deberíamos entrar al lote con un animal testigo, de menor calidad, y si a la semana no presenta síntomas abrir el lote para todas las categorías, pero manteniendo la constante y diaria observación por si aparecen los primeros síntomas. De ser así retirarlos inmediatamente.

EL INTA tiene observado que el 93% de los casos provienen de lotes sembrados en siembra directa (las labores del suelo disminuyen la diseminación del hongo de un año a otro), y que es más frecuente en lotes tardíos que en siembras tempranas. Eso se debe a que las condiciones predisponentes para la presencia del hongo es la falta de agua en floración y posteriores lluvias. Estas condiciones se dieron en esta campaña en muchos sitios de nuestro país; por eso en 2020 ojo al rastrojo de maíz

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