Tecnología e Innovación

Revolución industrial 4.0

De la máquina de vapor a la robótica, el proceso productivo se transforma. En ese viaje, las sociedades cambian y los gobiernos y empresas deberán acompañar el desarrollo.

Por Redacción El Agrario | 08-11-2019 12:22hs

En el siglo XVIII, con la aparición del ferrocarril y la máquina de vapor que mecanizó la producción, se puso en marcha la primera revolución industrial: las sociedades agrarias y rurales se transformaron cada vez más en industriales y urbanas, gracias al pujante desarrollo de la industria del hierro y textil.

Las industrias se expandieron, los avances tecnológicos prosperaron, y hacia fines del siglo XIX con la llegada de la energía eléctrica y la cadena de montaje en los procesos, la fabricación de productos se masificó, exponenciando la capacidad industrial y revolucionando nuevamente los mercados y la sociedad.

La Cuarta Revolución Industrial se basa en esta última y es la expresión de nuevas formas en que las diferentes tecnologías se integran.

Luego, el tercer salto cualitativo se dio por el avance de la tecnología electrónica y analógica, iniciando la revolución digital en los años 60 que continúa hasta nuestros días. En esta etapa se introducen las computadoras personales, internet y las Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC).

La Cuarta Revolución Industrial se basa en esta última y es la expresión de nuevas formas en que las diferentes tecnologías se integran: robótica, inteligencia artificial, nanotecnología, computación cuántica, biotecnología, Internet de las cosas (IoT), impresión 3D y vehículos autónomos.

En su libro "La Cuarta Revolución Industrial" Claus Schwab* describe este nuevo paradigma: "Sistemas de fabricación virtuales y físicos cooperan entre sí de una manera flexible en todo el planeta. Esto permite la absoluta personalización de los productos y la creación de nuevos modelos de operación."

Lo asombroso y disruptivo de esta etapa es que justamente se genera una íntima interrelación entre las ciencias y las tecnologías de la física, la biología y lo digital. Algunos autores consideran que no existe realmente una nueva revolución, porque no se presenta el descubrimiento de un hito tecnológico que la determina, pues claro, es realidad el modo en que se reorganizan y se combinan las tecnologías y sus avances tecnológicos, lo que provoca un quiebre en los modelos productivos y sociales.

Al respecto Claus Schwab manifiesta que "todos los nuevos desarrollos y tecnologías tienen una característica clave en común: aprovechan el poder de penetración que tienen la digitalización y las tecnologías de la información."

Ahora bien, frente a esto se plantean dos cuestiones que preocupan a los científicos, empresarios, gobiernos, y la sociedad: por un lado, quiénes y cómo lograrán acompañar y adaptarse a estos cambios en su provecho, por otro lado, si esto traerá aparejado un desplazamiento del ser humano en los sistemas productivos.

Para Schwab "la medida en que la sociedad abraza la innovación tecnológica es un factor crucial del progreso". La importancia de conocer estas nuevas tecnologías por la sociedad en general y por los actores productivos en particular debe ser directriz de las políticas publicas, el gobierno, las instituciones públicas y el sector privado deben acompañar este proceso.

la persona aporta flexibilidad, destreza y soluciones, mientras que el robot presenta fuerza, resistencia y precisión

Algunos plantean el riesgo o temor de que estas nuevas tecnologías desplacen al ser humano en el proceso productivo, otras los alientan y remarcan no solo la necesidad del avance y su adaptación al mismo, como beneficioso en términos de mejor y mayo producción, sino además que las nuevas tecnologías deberán amalgamarse con la capacidad humana de gestión de las mismas y las características propias de las personas, en un equipo de trabajo superior y cada vez más productivo.

Al respecto, el especialista en automatización y robótica del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), Federico Dabbah, en su artículo para Telam "La robótica y el nuevo escenario productivo", resalta que "los sistemas digitales son predecibles y repetitivos, logran altos niveles de especialización y pueden manejar grandes volúmenes de datos mucho mejor que los humanos; por otro lado, nosotros somos muy buenos improvisando, cruzando datos y pensando críticamente. Así, la persona aporta flexibilidad, destreza y soluciones, mientras que el robot presenta fuerza, resistencia y precisión. Lo cual genera un equipo apto y eficiente para llevar a cabo cualquier función, generando mejores soluciones a grandes problemas."

En algunos casos la utilización de estos nuevos sistemas permite reemplazar al ser humano en tareas de riesgo.

En robótica el uso cada vez más específico de sensores a su vez cada vez más pequeños, especializa y tecnifica el desenvolvimiento de sus tareas, así el trabajo productivo se caracteriza por un ensamble de las capacidades técnicas del robot y las intelectuales del humano. Además con la internet de las cosas y el cloud computing o nube, los robots pueden acceder a información, tomar decisiones descentralizadas y cooperar, a lo largo de toda la cadena de valor.

En Argentina, empresas privadas y organismos nacionales como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) desarrollan dispositivos que realizan tareas en el campo, tanto vehículos terrestres como drones, provistos de sensores y GPS que recopilan información sobre los cultivos, por ejemplo a través de imágenes, permitiendo controlar las plantaciones o aplicar productos para la protección de cultivos, de una manera más exacta, ahorrando recursos, gracias a su eficiencia. En este sentido la robótica y la agricultura son aliados productivos, alianza que no necesariamente debe traducirse en una pérdida laboral de las personas, sino en una mejora de su entorno laboral, su actividad productiva y su capacidad de autogestión. También en algunos casos la utilización de estos nuevos sistemas permite reemplazar al ser humano en tareas de riesgo, preservando con ello la salud, al tiempo que permiten cuidar del medio ambiente.

*Fundador y director ejecutivo del Foro Económico Mundial (WEF, siglas en inglés)

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