No es la primera vez que leemos algo de una tal “Tucura sapo” (Bufonacris claraziana). Podría tratarse de algo lindo que forma parte del paisaje argento, pero lamentablemente no es así. Se trata de una especie de langosta endémica, muy dañina para el recurso forrajero de nuestra Patagonia. Por sus características, solo es posible encontrarla desde el sur de Río Negro hasta el sur de Santa Cruz. Se alimenta de todo el material verde que encuentra a su paso, desde los tiernos pastos de los mallines hasta los más duros de la estepa.

Al comenzar la época primaveral, este insecto destructor se reproduce y no nos gustan como las flores, precisamente. Es así que, sabiendo a que se están enfrentado, ya que a comienzos de este año el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) declaró la emergencia fitosanitaria por la plaga de tucura sapo en las provincias Chubut, Río Negro y Santa Cruz; especialistas del Ente de la región Sur y del INTA brindan recomendaciones para el monitoreo y el control preventivo de la plaga que trae tantas complicaciones para el agro.

Valeria Fernández Arhex es especialista del INTA Bariloche e investigadora del Conicet (IFAB) señaló que “el manejo preventivo es el eje principal para combatir a esta plaga, la vigilancia permanente permite la emisión de alertas y control temprano”.

Cuando termina el invierno hay que comenzar a monitorear los establecimientos ganaderos, para detectar el nacimiento de la primera tanda de tucuras en campos rionegrinos. Con la identificación de las mosquitas en su fase temprana del ciclo de vida, el control de la plaga es mucho más eficaz. "Caso contrario, puede provocar un aumento de densidad poblacional muy elevado que, aunque se cambien los  métodos de control, no se logre bajar la cantidad de insectos, dando como resultado pérdidas económicas significativas para el productor”, sostuvo Guillermo Oliva Tagle, presidente del Ente de la Región Sur.

Tareas de monitoreo

• Comienzan en los lugares que se registraron posturas u ovoposiciones (colocación de huevos) en etapas anteriores.
• Identificar, registrar y observar si existen orificios en el suelo y comprobar la presencia de huevos.
• Si se detectaron huevos o nacimientos, la Emergencia Fitosanitaria establece la obligación de realizar la denuncia en forma previa, simultánea o posterior a la acción de control.
• Se debe referenciar el lugar como sí también registrar las especies vegetales y las condiciones del paisaje.

En tal sentido, Francisco Azzaro, técnico del Senasa indicó que si en el monitoreo se detectan nacimientos, es fundamental realizar pulverizaciones con tucuricidas registrados y autorizados por el Senasa, utilizar los elementos de protección personal y garantizar el uso seguro y responsable de productos fitosanitarios que se llevan a cabo usando equipos terrestres como motomochilas, pulverizadoras autopropulsadas y de arrastre con botalón o lanzas. Además aseguró que el cebo tucuricida, formulado a base de salvado de trigo e insecticida, es muy eficaz en el control.

Fernández Arhex, indicó que comenzaron el estudio de alternativas de control para evaluar la factibilidad de las tucuras como fuente alimenticia para peces, cerdos y aves de corral, como así también soluciones alternativas e innovadoras que fomenten la sostenibilidad y la autosuficiencia de la producción de proteínas de la Argentina.

La población de tucuras también se puede regular gracias a que existen especies de mamíferos, reptiles y aves que se alimentan de estos insectos plaga como la Loica común, Tero, Sobrepuesto común, choique, Becasina común, Bandurria, Cachirla común, Pico de plata, Gaucho Serrano, lagartijas y aves de corral, actores que contribuyen con su accionar a beneficiar al ambiente.

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