Sostenibilidad en el agro

Agricultura sostenible adaptada al clima

La FAO etiquetó el término 'climate smart agriculture' en el año 2010, bajo los principios de hacer crecer de forma sostenible la productividad, generar adaptación frente al cambio climático y mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero.

Por Luciano Barrenechea | 14-04-2020 02:00hs

La agricultura sostenible adaptada al clima (ASAC) debe hacer crecer de forma sostenible la productividad agropecuaria, mejorar los ingresos de los agricultores y ganaderos, así como también potenciar su resiliencia al cambio climático. Una ruta de adaptación y compromiso con la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

La agricultura y la ganadería son factores que inciden de forma trascendental en la problemática del cambio climático. En la actualidad generan entre el 19 y el 29% del total de emisiones de gases de efecto invernadero. Está claro que si no se toman medidas urgentes este porcentaje podría aumentar.

Las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) deberán enfocarse en el desarrollo de fuentes de energías renovables, infraestructura digital, la eficiencia energética y potenciar los beneficios de sostenibilidad en el campo.

Los agricultores y ganaderos se enfrentarán a importantes desafíos debido a los cambios en los patrones de precipitación y el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos. El aumento proyectado de estos acontecimientos, tales como, inundaciones repentinas y granizo, tendrán, sin duda, un efecto en el sector de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y, por ende, en toda su infraestructura.

El rol de las TIC, frente al cambio climático, deberá enfocarse en el desarrollo de fuentes de energías renovables, infraestructura digital, la eficiencia energética y potenciar los beneficios sociales que se obtienen cuando se adapta el concepto de sostenibilidad en el campo.

La innovación tecnológica, en sinergia con la innovación de modelos de negocios, serán una fuente de disrupción en los próximos años.

Estudios como el Informe Smart 2020 de Global e-Sustainability Initiative (GeSI) muestran claramente que un uso más eficiente de las TIC puede aportar unos inmensos ahorros en emisión de CO2. La innovación tecnológica, en sinergia con la innovación de modelos de negocios, serán una fuente de disrupción en los próximos años. Por eso, es imprescindible estar preparados. Pero, ¿qué ha pasado con la tecnología aplicada a las condiciones climáticas de los cultivos?

Actualmente las posibilidades de controlar el riego de un lote, conocer las condiciones meteorológicas del campo o invernadero, optimizar la fertilización de un cultivo, pronosticar la aparición de plagas y enfermedades o monitorear la calidad del agua o momento de cosecha han generado un cambio rotundo. Cuanto mayor es el conocimiento, mayor es la eficiencia en la gestión de los recursos.

Con la aplicación de enfoques de big data en la agricultura es factible crear respuestas sólidas al cambio climático, emergencia de nuevas plagas y enfermedades y la degradación del suelo, entre otras.

Por este motivo las empresas pioneras del sector agro ponen el foco de su actividad en la aplicación de big data para la mejora de sus modelos de negocio. Es alentador saber que con la aplicación de enfoques de big data en la agricultura es factible encontrar nuevas maneras de reducir el hambre y la pobreza, y crear respuestas sólidas al cambio climático, emergencia de nuevas plagas y enfermedades y la degradación del suelo, entre otras.

Es lógico que cada país siga un camino diferente en el proceso de adoptar la agricultura inteligente con respecto al clima y que la falta de políticas y recursos limite su implementación. Pero es imperioso crear herramientas para evaluar las posibilidades, identificar soluciones de compromiso, fijar prioridades en cuanto a las inversiones y determinar el lugar por donde comenzar a adoptar este tipo de agricultura.

La transformación hacia un sistema alimentario inteligente con respecto al clima tiene que dejar de ser pensada como un sueño para pocos. La capacidad de producir un 70 % más de alimentos en 2050 para alimentar a la población mundial en el futuro va a depender sin lugar a dudas de conseguir cambiar las prácticas agrícolas para ser "climáticamente inteligentes".

 


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