TIEMPO DE COSECHA, TIEMPO DE SIEMBRA

Se va la segunda

En gran parte del país es el momento de cosechar el trigo o la cebada y se acerca el tiempo de decidir la segunda siembra sobre esos lotes; ¿sembramos soja, maíz, sorgo?

Por Gerardo Gallo Candolo | 07-12-2019 09:30hs

Una herramienta sencilla y al alcance de la mano de muchos productores es el margen bruto: gastos e ingresos con rindes esperados para esos terrenos, y decidir con esos números en la mano la siembra del más rentable.

La rentabilidad la medimos normalmente comparando los pesos por hectárea de ganancia que me deja cada alternativa, pero si sembramos en campo de terceros lo más lógico es comparar peso por peso invertido, es decir la renta del capital que arriesgo en ese negocio, y lo comparo con otras alternativas, incluso no agropecuarias.

Digamos que todo lo mencionado hasta aquí es conocido por la mayoría de los productores, dicho de otra manera: la clásica forma de analizar nuestro negocio; pero hagamos un reconteo de cuatro puntos de vista que pueden sumar cuando planificamos.

  • Cuando nos alejamos del puerto, dada la incidencia del flete, es lógico que los granos de mayor valor le ganen a los de menor valor unitario. Por ejemplo convendría sembrar soja antes que maíz. Pero si nuestro campo es mixto y surge la necesidad de comprar maíz para nuestro ganado en el próximo invierno; la pregunta que nos debemos hacer es ¿la renta de nuestra soja será suficiente para comprar maíz libre de flete a un vecino?

  • Al presupuestar maíz de segunda se observa un error generalizado: se minimiza el rinde potencial de ese cultivo. Entonces esperamos un rinde apenas bueno, compramos una semilla de menor potencial y paralelamente lo fertilizamos “tibiamente”. Fertilice y siembre como si fuese un maíz temprano en una franja y comprobará personalmente el potencial actual de los híbridos.

  • El margen bruto sirve para comparar como una “foto” cultivos en un corto período, pero el campo es una “película”. El cultivo posterior a ese rastrojo de maíz, aún después de un año seco, va a ser mejor (más rentable) que sobre el rastrojo de una oleaginosa.

  • Si trabajamos con deudas habría que prestar más atención al riesgo (por ejemplo riesgo hídrico del lote), que a los números del margen bruto.

Conclusión: el margen bruto es una buena herramienta, pero tiene sus límites. Nos ayuda a tomar decisiones pero no debe ser la única forma de analizar nuestro negocio, sobretodo en campo propio. Un productor inteligente siempre diversifica sus inversiones; en cultivos de segunda mucho más.

(*) Gerardo Gallo Candolo es Ingeniero Agrónomo y Periodista Agropecuario; asesor y administrador de empresas agropecuarias y analista del sector en medios periodísticos: Radio Mitre, Radio Cooperativa y Canal 26.

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