Compost casero

Aprovechemos la basura y hagamos compost natural

Es una práctica sencilla, que a través de la participación activa de los ciudadanos, permite un ahorro energético, económico y ambiental.

Por Redacción El Agrario | 26-11-2019 11:03hs

Los restos orgánicos son los que más se generan en los hogares y constituyen el 50 por ciento de los residuos que se depositan en los tachos de basura. Los desechos de vegetales y frutas, restos de comida, restos de jardín, etc., se descomponen rápidamente y pueden utilizarse para convertirlos en un abono rico en nutrientes que se denomina compost.

Según el instructivo para la producción de comspot domiciliario del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), “Es un proceso biológico llevado a cabo por micro-organismos de tipo aeróbico (presencia de oxígeno), bajo condiciones de humedad, temperatura y aireación controladas, que permiten la transformación de residuos orgánicos degradables en un producto estable”.

Para realizar un compost se necesita un cajón de madera, con tapa, que tenga orificios. Luego, se puede cubrir el fondo con nylon o comenzar a depositar los restos orgánicos dentro del cajón. Ubicar la compostera en un espacio del jardín o del patio en donde haya sombra para ubicarlo, así no queda expuesto directamente al sol.

Es importante cubrir cada capa de desechos con pasto seco, hojas o ramas para lograr que se airee correctamente y se debe regar lo justo y necesario para que los microorganismos puedan descomponer los materiales. Es aconsejable mezclarlo ocasionalmente.

En un plazo de 6 a 8 semanas se puede revisar el compostaje y verificar su olor y color. Si posee aroma a tierra fresca y color oscuro, significa que el compost ya está listo para agregar a las plantas, huertas o jardín.

Nunca arrojar en el compost restos de lácteos, yemas de huevo, carnes y pescado (producen olores y atraen roedores), plantas enfermas, grasa, defecaciones de animales, ni carbón.

 

Las razones para compostar según  INTA

  • Es una práctica sencilla, que a través de la participación activa de los ciudadanos, permite un ahorro energético, económico y ambiental.
  • Es una solución a la disposición final de los residuos orgánicos. Ayuda a reducir la cantidad de residuos que irían a los enterramientos sanitarios.
  • Se obtiene un abono orgánico que puede ser utilizado como enmienda de suelo. Mejora las condiciones del suelo, permite retener más humedad, contiene más nutrientes y es más esponjoso, cerrando el ciclo de la materia orgánica.

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