Investigación

El cambio climático y su impacto en los ecosistemas áridos

En un estudio realizado por investigadores de la Universidad Pompeu Fabra, la Universidad de Alicante y el INTA, arrojó entre otras conclusiones que, alrededor del 20 % de de las tierras emergidas del planeta podrían cruzar uno o varios de los umbrales de aridez identificados en este estudio, en el año 2100.

Por Marisa Massaccesi | 22-07-2020 12:15hs

Un equipo interdisciplinario formado por especialistas de la Universidad Pompeu Fabra y la Universidad de Alicante de España, en colaboración con el Instituto de Suelos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), realizó un estudio sobre el impacto climático en los ecosistemas áridos. En la actualidad, estas zonas cubren aproximadamente el 41% de la superficie terrestre y albergan al 38% de la población mundial.

Se analizó la mayor cantidad de datos relevados hasta la actualidad basados en la práctica, experiencia y en la observación de los hechos, sobre zonas áridas. Juan Gaitán, es investigador del Instituto de Suelos del INTA, investigador del CONICET y profesor de la cátedra Conservación de Suelos en la Universidad Nacional de Luján y uno de los participantes del estudio. Al respecto dijo: “Nuestro objetivo fue determinar cómo los aumentos de aridez, como los que se esperan con el cambio climático, afectan a los ecosistemas áridos”.

 

Gaitán abundó en detalles sobre la evaluación de los atributos de los ecosistemas, entre los que se encuentran la productividad, la cobertura y la composición de la vegetación, la fertilidad y las comunidades microbianas de los suelos, y cómo esos mismos atributos van cambiando a lo largo de las pendientes o rampas de aridez que se hallan en espacios áridos del planeta.

El principal hallazgo fue que a determinados niveles de aridez, pequeños incrementos en la misma desencadenan cambios rápidos,en las características de los ecosistemas.

Del relevamiento se desprende la identificación de tres niveles de aridez que actúan como umbrales. Una vez que se cruza uno de ellos ocurren cambios rápidos en los ecosistemas.

“El principal hallazgo fue que, a determinados niveles de aridez, pequeños incrementos en la misma desencadenan cambios rápidos, o abruptos, en las características de los ecosistemas", explicó Gaitán.

“El primer umbral se identificó en torno a niveles de aridez de 0.5, a partir del cual la productividad de la vegetación disminuye drásticamente”, indicó el investigador  y agregó: “A partir de este punto de aridez el ecosistema empieza a notar la falta de agua, las plantas cambian y sobreviven aquellas que la pueden tolerar”.

El estudio reconoció un segundo umbral que mostró valores de 0.7 de aridez, lo que provoca cambios repentinos en los suelos, convirtiéndolos en menos fértiles, de estructura debilitada y proclives a ser erosionados.

A su turno, el autor del estudio, Miguel Berdugo, de la Universidad Pompeu Fabra, informó que:“Una vez que este umbral de aridez se sobrepasa, se ven afectados muchos atributos fundamentales del ecosistema. Las plantas que sobreviven son principalmente arbustos que son capaces de obtener agua en capas profundas del suelo. Los microorganismos del suelo, que juegan un papel fundamental en el reciclado de nutrientes, cambian radicalmente, con un aumento de abundancia relativa de especies menos beneficiosas”.

Con un nivel de aridez superior a 0.8, la diversidad y el revestimiento vegetal caen abruptamente. Los ecosistemas se tornan en paisajes desérticos.

 

Consecuencias globales

El estudio resultó esclarecedor y de gran importancia para entender más y mejor los impactos que produce el cambio climático en las zonas áridas, así como para establecer acciones de adaptación y aplacamiento acordes.

Viendo las proyecciones climáticas, Gaitán aseguró que "alrededor del 20 % de las tierras emergidas del planeta podrían cruzar uno o varios de los umbrales de aridez identificados en este estudio en el año 2100”. Siguiendo con los resultados volcados en el estudio, el investigador del INTA, resaltó que “los ecosistemas áridos pueden experimentar cambios abruptos que pueden afectar notablemente a su capacidad de proveer servicios ecosistémicos, como la producción de forraje y la fertilidad del suelo, los cuales son esenciales para las más de 2.000 millones de personas que habitan estos lugares”.

 

Argentina: estado de situación

Las 2/3 partes de la superficie de Argentina son ecosistemas áridos y no son ajenos a estos procesos globales. Es por esto que los resultados de este estudio tienen implicancias muy importantes para el país.

 

Es importante contar con información precisa acerca de cómo cambian los ecosistemas, para lo cual, el INTA desarrolló una red de monitoreo de los ecosistemas áridos de la Patagonia (red Maras). La red esta formada por alrededor de 500 sitios permanentes, comenzaron a ser instalados a partir de 2008 y se evalúan los atributos del suelo y la vegetación.

A lo largo de este estudio realizado, se pudo comparar las mediciones a lo largo del tiempo que mostraron los cambios que van sucediendo.

El INTA es un generador de proyectos, y en la actualidad el objetivo es extender la red de sitios de monitoreo existente en Argentina y anexarle análisis de imágenes satelitales, más los datos del clima.  Este proceso hace posible la detección de las zonas que están padeciendo los cambios más duros. Con todos estos datos esenciales que fueron relevados se podrá trabajar en acciones para minimizar, reparar y diseñar políticas públicas para el control, conservar la biodiversidad y evitar la desertificación de dichas zonas.

Si te interesó esta nota, te sugerimos leer: Malezas: constituyen el principal factor negativo para la producción agrícola 


Más noticias

El cambio climático y su impacto en los ecosistemas áridos

AFIP prorrogó la feria fiscal

Centenario tendrá un Centro de Acopio Transitorio para residuos tóxicos

Subas en soja y maíz disponibles, trigo sin cambios

La soja cortó la racha positiva y bajó

Tucumán habilitó el turismo interno