ANÁLISIS INTERNACIONAL

La escalada de Trump contra China

El gobierno de Donald Trump dio un paso más en la escalada contra China al negar toda legitimidad al reclamo de soberanía de Beijing sobre el Mar de China Meridional.

Por Ignacio Lautaro Pirotta | 15-07-2020 09:00hs

Este lunes el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, afirmó que su país considera completamente ilegítimos los reclamos de soberanía de Beijing sobre el Mar de la China Meridional. Se trata de un paso más en la escalada que el gobierno de Donald Trump está llevando a cabo contra China desde el inicio de la pandemia de COVID-19, luego de que a principios de año se alcanzara un acuerdo para saldar la disputa conocida como Guerra Comercial, iniciada en marzo de 2018, cuando Trump elevó los aranceles de importación de una serie de productos chinos. 

El Mar de China Meridional es un punto estratégico para Beijing, ya que por ahí pasa el 30% del comercio global. Además, el Mar de la China Meridional, o Mar Chino, como se lo conoce, posee yacimientos de gas y petróleo. China mantiene una disputa con sus vecinos por la soberanía de ese mar: Vietnam, Malasia, Indonesia, Brunei, Taiwán y Filipinas también reclaman parte de la soberanía. Hasta el momento, la posición de Estados Unidos había sido la de no reconocer los reclamos de Beijing y mantener un patrullaje marítimo en la zona a los fines de “garantizar la libre navegación”. 

Las tensiones entre China y Estados Unidos tienen como telón de fondo la disputa por la hegemonía mundial, producto del ascenso de China en las últimas décadas.

Pero ahora, Estados Unidos rechazó de pleno cualquier legitimidad del reclamo chino: “Hoy estamos fortaleciendo una política estadounidense en una cuestión en disputa y vital para la región: el Mar de la China Meridional. Lo dejamos en claro: Los reclamos de Beijing sobre los recursos offshore de la mayor parte del Mar de la China Meridional son completamente ilegales”, sostuvo el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo. 

Las tensiones entre China y Estados Unidos tienen como telón de fondo la disputa por la hegemonía mundial, producto del ascenso de China en las últimas décadas. A diferencia de la administración Obama, Trump decidió enfrentar directamente a China, siendo la denominada Guerra Comercial el principal acontecimiento en ese sentido. 

El discurso confrontativo con China puede ser interpretado como producto de la necesidad de definir un enemigo externo, responsable de la crisis económica y sanitaria del coronavirus.

En enero de este año, sin embargo,se firmó la Fase 1, el inicio de la normalización comercial entre ambas potencias. Pero cuando comenzaba a haber cierto optimismo internacional, el inicio de la pandemia sacudió nuevamente a la política internacional. Trump no tardó en incorporar las acusaciones contra China en el repertorio de su campaña electoral. Desde las referencias al “virus chino”, hasta las denuncias de que su diseminación se habría originado en un laboratorio de la ciudad de Wuhan, China estuvo en el centro del discurso presidencial desde que la pandemia golpeó con fuerza al país. 

El recrudecimiento del discurso confrontativo con China puede ser interpretado como producto de la necesidad de definir un enemigo externo, responsable de la crisis económica y sanitaria del coronavirus de cara a las elecciones presidenciales de noviembre. 

Sin embargo, es posible que más allá de la influencia de las elecciones, la pandemia hubiese servido para agudizar el conflicto entre China y Estados Unidos incluso en un año no electoral y probablemente también bajo otro gobierno. La responsabilización de China por la crisis, la opacidad del régimen comunista y las acusaciones de ocultar información sobre el origen del virus trascienden al ámbito republicano o trumpista. 

En las últimas semanas se dieron a conocer algunas encuestas de intención de voto que favorecen al candidato demócrata, Joe Biden. La última de ellas, de la Universidad de Texas, muestra que Trump podría perder en el estado de Texas, uno de los bastiones de los Republicanos. La respuesta errática y por momentos negacionista ante la crisis de la COVID-19 ha sido apuntada como la principal causa en la caída de la intención de voto del presidente.  

El avance de la pandemia ha recobrado fuerza en varios estados del país a lo largo de las últimas semanas. Ante ese escenario es posible que la escalada contra Beijing continúe durante la campaña electoral. 

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