RobertoMangabeiraUnger es, en mi análisis, un personaje central en la estructura interna del fenómeno democrático de Lula da Silva, quien sacó de la pobreza y pasó a clase media a más de 20 millones de brasileños durante sus dos presidencias.

RobertoMangebeiraUnger no solo es autor de más de veinte libros sobre la nueva teoría social, pensamiento jurídico y económicode Brasil,sino que estos buscan lasalternativas políticas de un mundo de contradicciones, en las cualesha tratado sin descansode colaborar desde el Ministerio deEstrategiadel Brasil.

Además fue un intelectual que siempre tratóque la izquierda no vea con malos ojos a los burguesía, que defendió que los serviciosque presta el Estado deben ser de calidad para que la economía se desarrolle eficazmente, y quien trabajó incesantemente para que los ricos, las élites, no desprecien el liderazgo de Lula da Silva.

El trabajo de RobertoMangabeira fue incesante trabajando por satisfacer la demanda de una sociedad que día a día es más libre, que busca justicia y profundizar la Democracia, sabiendo que el fin último es dar más y mejores oportunidades a la mayoría de los ciudadanos, sin importar origen de raza o clase social y económica.

El concepto principal de esta mente que iluminó el camino de Lula dice que se debereimaginarel concepto social, que no viene de la naturaleza, sino del pacto entre personas y grupos sociales, los cuales marcan el ritmo y la profundización de esos cambios sociales tan necesarios.

Roberto explica que hay que re pensar los derechos a la propiedad, la democracia liberal y el trabajo rentado.

En sus escritos,MangabeiraUnger, busca una nueva dimensión social y política de la sociedad brasileña, basado en el potencial humano, que es una de las más grandes de las características de la sociedad del país hermano, por lo cual los arreglosinstitucionales deben ser flexibles, siempre buscando el bienestar social.

El sentido de esa apertura de buscar soluciones nuevas y creativas, es básicamente el ir empoderando a la sociedad en su conjunto, por lo cual debe ir alejándose de los acuerdos rígidos y cerrados.

Tanto en los Ministerios de Asuntos Estratégicos que acompañó a Lula y a Dilma, se ha notado un esfuerzo de Roberto a intentar repensar la sociedad brasileña y la política con un sentido de prosperidad de la libertad a los hombres y mujeres sin limitaciones jerárquicas sociales y lejos de la degradación que significa ser esclavos de la economía, creando riqueza en lugar de miseria, siempre dice que el secreto es empoderar la sociedad y dar libertad a los individuos que en ella se regeneran en Paz Social.

En ese duro camino hay que tener cuidado con el eufemismo que es la flexibilización laboral, pues eso pone a los trabajadores en una crítica posición que hace peligrar sus derechos.

La base es ir sacando de la informalidad a las olas de trabajadores informales, pero que no pierdan rentabilidad y generen seguridades en lo social, un equilibrio que es difícil de lograr, pero no menos posible de dar una salida justa a las partes, trabajadores, empresarios y Estado.

La recuperación de la sociedad brasileña debe darse con crecimiento y dentro del marco de una economía inclusiva. Lo otro sería posponer parte de la población a sufrir más deterioro social y más postergación económica.

Hay características especiales del Pueblo de Brasil, dice Roberto: "Nuestra cultura es anárquica y creativa, tenemos que aprovechar eso”. "Lo que necesita Brasil es una transformación radical en la educación. Hemos tenido grandes avances, pero la calidad de nuestra educación es miserable”. "Mantenemos una tradición enciclopédica y de memorización, una educación canónica, dogmática, que contradice las exigencias de la ciencia y que es lo contrario de todo aquello que somos. Es una versión degenerada de la enseñanza francesa y tenemos que cambiar eso radicalmente. Eso pasa por nuevos contenidos en la formación y por la cooperación entre el Gobierno, los estados y los municipios, y por todo un conjunto de iniciativas destinadas cualificar a todos los profesores y directores”.

Roberto expresa una idea central, en donde dice: "la izquierda tiene que evitar identificar a la burguesía como su enemiga”. Y continua profundizando el pensamiento: "Tenemos un fenómeno muy importante en Brasil, que es el surgimiento, junto a la clase media tradicional, de una pequeña burguesía emprendedora, formada por millones de personas que luchan por abrir y mantener pequeños negocios, que estudian por la noche, que se unen a las nuevas iglesias progresistas que pisan barro como los curas de las favelas, que hacen diferencia. Esta masa es el agente político más importante de Brasil y comanda el imaginario colectivo popular, aunque la mayoría no cree en los partidos. Y sin un proyecto nacional inclusivo, esta masa retrocede en la defensa de sus intereses y a un privatismo moralizante”. Finalmente Roberto expresa: "Por esto la izquierda brasileña tiene que evitar uno de los grandes errores de la izquierda europea, que fue identificar a la pequeña burguesía como su enemiga, porque, tras haberla demonizado, esta se convirtió en los tentáculos de la derecha”.

Desde mi computadora, creo que puedo aportar con la difusión de estas ideas de Roberto, puestas en la teoría y en la práctica, que tal vez, si el destino lo permite  volverá con un grupo de veteranos a formar equipos con nuevos dirigentes que llevarán estas ideas a delante, no solo en Brasil, sino en toda América Latina.

Creo que lo importante desde la perspectiva de un militante rosarino, desde este borde Argentino, que lo que más debemos rescatar es que no tenemos que tener miedo a innovar.