Luego de un impulso a la producción de carne de cerdo a nivel mundial, dada la creciente demanda de éste tipo de proteína animal en China por la peste porcina africana (PPA), la progresiva recuperación de la producción nacional llena de interrogantes al comercio mundial de carne porcina.

Al comenzar a satisfacer al demanda con la producción interna y desminuir la dependencia del mercado global, los exportadores que estuvieron desde el 2019 promoviendo su producción de carne de cerdo se encontrarán "con dificultades para encontrar mercados alternativos" donde ubicar los altos volúmenes de mercadería, de acuerdo a Rabobank.

El banco holandés destacó que los altos niveles de exportaciones de carne de cerdo hacia China (que representa un 40% de la demanda internacional) podrían representar "un riesgo a largo plazo", ya que la recuperación presionará a todos los exportadores a diversificar los mercados.

China, si bien aumentó las importaciones de carne de cerdo un 132% en 2020 en relación al 2019 (unas 3,8 millones de toneladas), viene desde el 2018 "moviéndose agresivamente para restablecer los suministros locales y ya está experimentando un repunte en la disponibilidad nacional; pudiendo para el 2024 retornar a la normalidad", dejando un gran vacío en la demanda mundial que repercutiría negativamente en los valores, siguiendo la ley de oferta y demanda. 

De momento, el mercado que se consolida como una gran alternativa para suplir el vacío que dejará la burbuja del mercado chino, es el mercado europeo que actualmente atraviesa vicisitudes por las prohibiciones comerciales de exportaciones de carne de cerdo alemana por PPA y abre paso a una redistribución de carne de cerdo de la UE.

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