Productores Argentinos

Celso Muchut: 'El algodón no es solo sembrarlo y poner una hilandería'

Dialogamos con uno de los referentes de la Asociación para la Promoción de la Producción Algodonera quien nos contó acerca de la situación del sector en el país.

Por Christian Fasani | 19-02-2021 12:50hs

Argentina se encuentra posicionada en el ranking mundial de países algodoneros tanto por la cantidad de hectáreas destinadas a la producción como por sus rindes. El 90% de la actividad del sector se concentra en las provincias de Santiago del Estero, Chaco y Santa Fe.  Además, este cultivo tan asociado a la cadena textil amplió su cadena de valor y se convirtió en insumo para la industria agropecuaria, alimenticia, cosmética e industrial.

Sobre este y otros temas dialogamos con Celso Muchut, referente de la Asociación para la Promoción de la Producción Algodonera (APPA) y productor algodonero de Avellaneda, localidad ubicada al norte de la provincia de Santa Fe, quien nos dio detalles y compartió su experiencia en el sector.

 

-Celso, ¿cuál es tu vínculo con la actividad algodonera?

-Te quiero contar antes que nada que para mí personalmente la cosecha y producción del algodón es la base de mi vida, yo arranqué desde muy chico, de cuando el algodón se sembraba con bueyes, hasta ahora, es decir que pasé por todo. Estuve en una motadora, como recibidor, motorista; estuve como jefe de turno, como dirigente, en la parte de maquinarias estuve trabajando como cosechero, por eso te digo que tengo toda una historia para contarte.

 

 

 

-¿Cómo es la cadena productiva del algodón?

- Bueno, todo empieza obviamente con la siembra, cosecha, desmote, que es la separación de la fibra de la semilla. Cuando la semilla sale del desmote tiene todavía la fibra corta pegada, en ese momento se hace otro proceso que se llama linter y tiene dos partes: una donde se saca una fibrilla larga que se utiliza para la fabricación de trapos de piso, por ejemplo; y otra más corta para otras utilidades.

Eso es el proceso de la semilla, lo que va como fibra va a hilanderías, donde se le hace todo el proceso de limpieza y de ahí pasa al hilo, distribuido en distintas calidades, después del hilo pasa a tejeduría donde se trabaja en distintas formas, antes estaba el telar plano, ahora está el telar redondo.

Además, la semilla se aprovecha como alimento para los animales, es muy buena especialmente para el tambo, o para la extracción de aceite que se usará en la industria aceitera como compuesto de productos

alimenticios o como biocombustible; y las cáscaras como fertilizante.

-¿Cuántas hectáreas se siembran hoy en la Argentina?

-Estamos aproximadamente entre 500.000 y 600.000 hectáreas. Manteniéndonos en ese promedio, la cosa se mantiene bien, manteniendo nuestros proveedores.

En lo que no se avanzó fue en la tecnología de la semilla y el acceso a nuevas variedades del cultivo. Si alguien elabora una semilla de primera calidad, alguien la toma y pasa a ser de él, ese es un tema que ya se ha discutido varias veces.

-¿Cuántos productores algodoneros hay en este momento en Argentina?

-Nadie tiene la cantidad justa, es muy difícil. En la década de los '60 o '70 había muchos, porque con 10 o 12 hectáreas vivías, podías vivir bien. Si te fijás, hoy el algodón está un poco más arriba que la soja y teóricamente siempre valió dos o tres toneladas de soja, o sea que la pérdida de valor ha sido importante.

Por eso es que tampoco hay cosecheros porque la tecnología avanzó, hay un dicho que dice: “Todos los pueblos se pelean por tener el algodón”, pero el algodón no solamente es sembrarlo y poner una hilandería.

-Hablando de hilos, después de todo ese proceso ¿se exportan más hilo que telas?

-Argentina elabora más de lo que consume de forma interna, y también exporta fibra de forma directa digamos sin procesos.

 

-Argentina registró un récord de producción algodonera en la década del '90 ¿verdad?

-Sí, claro, fue en el año 96. Un millón de hectáreas que generaron un cambio en el paradigma de la cosecha de algodón. 

Para ubicarte, históricamente la cosecha manual tenía un costo sobre el producto bruto, es decir entre un 20 y un 35% del valor en bruto del algodón. Si hoy ponemos el 35% estaríamos teniendo un valor de cosecha de $12.000 o $13.000 la tonelada de algodón, pero a un cosechero que vos le tenés que dividir por día en promedio lo que recoge, que es un promedio de 70 kilos y que, como algo extraordinario puede llegar a 100 kilos, le llevaría 14 días para hacer $12.000, entonces no le cierra a nadie.

A partir del año 92, año en el que el algodón bajó a U$D250, empezó a sembrarse más, un millón de hectáreas en Argentina; y los cosecheros no alcanzaban. Así, empezaron a entrar máquinas usadas y nuevas y la cosecha manual quedó a un lado.

 

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