Luego de los reclamos que el Centro de Viñateros y Bodegueros del Este y la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi), realizaran frente a la publicación de la Resolución 31/2015 del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) que establece la obligación de gestionar y portar el Documento de Tránsito Vegetal Electrónico (DTV-e)para avalar el transporte de productos de origen vegetal, se llegó a un acuerdo para avanzar en la incorporación de un sistema único.

Esto se realizará a través del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) y el Senasa, quienes acordaron integrar las exigencias requeridas para el transporte de uva con destino de elaboración, según informaron desde el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.

Teniendo en cuenta el avance de la cosecha, y el pedido del sector vitivinícola, la incorporación del DTV-e será gradual, siempre y cuando el destino sea la elaboración de vino.

El Documento de Tránsito Vegetal electrónico se utilizará a partir del 22 de febrero y únicamente para las uvas con destino vinificación.

Con el objetivo de integrar un solo sistema de exigencia del DTV-e, y a pedido del ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra, se reunieron el presidente de INV, Martín Hinojosa, y el presidente del SENASA, Carlos Alberto Paz.

En dicha reunión se propuso un esquema de reuniones técnicas entre ambos organismos para complementar información y requerimientos que los dos organismos realizan sobre los viñateros. De esta forma se podrá arribar a un protocolo sanitario y de fiscalización único para la cosecha 2022.

Vale destacar que el Documento de Tránsito Vegetal Electrónico se utilizará a partir del 22 de febrero únicamente para las uvas con destino a vinificación entre las diferentes provincias.Este año será así, debido a el gran avance de la cosecha, que está en la semana 11.

Recordemos que la vid con destino a vinificación se encuentra comprendida dentro del Sistema Nacional de Protección Fitosanitaria dependiente de SENASA, cuyo objetivo es prevenir la introducción y/o dispersión de plagas cuarentenarias, el control de plagas presentes de alto impacto económico, la vigilancia general y específica de las mismas. En el caso de la uva se refiere a Mosca del Mediterráneo y Polilla de la Vid (Lobesia botrana).

“Resulta razonable solicitar se exima a la vitivinicultura del régimen de referencia"

La exigencia del DTV-e generó preocupación en viñateros y bodegueros, ya que avanzada la cosecha "se torna dificultoso e inviable la aplicación del DTV-e", manifestaban desde Acovi el viernes pasado. Para la Asociación, este nuevo requisito implicaba "una carga más, tanto para el productor como para las bodegas, complicando el normal desarrollo de la actividad más relevante en el ciclo vitivinícola".

En sintonía con ese pedido, el director Ejecutivo de la entidad del Este, Mauro Sosa, dirigió un documento al presidente del Senasa, manifestando que la normativa tendría una incidencia directa en el sector. Desde su punto de vista, la implementación del DTV-e provocaría: "Aumento de la burocracia, tarea administrativa adicional, mayor presión fiscalizadora e incremento del costo de administración".

Al respecto, agregaba que este Documento resultaría redundante ya que la vitivinicultura cuenta con un eficaz control, llevado adelante por el INV, en el que se realiza un "seguimiento pormenorizado de la traza del circuito productivo desde la uva en cepa hasta el producto fraccionado para ser consumido". Aclaraban también que cuentan con "un sistema vigente y seguro, 'on line', que permite al fiscalizador obtener información detallada y al instante de lo acontecido en la industria, y sobre todo, de las etapas críticas del traslado de bienes".

El pedido de viñateros y bodegueros cerraba afirmando que con la documentación vigente y equivalente respaldatoria “resulta razonable solicitar se exima a la vitivinicultura del régimen de referencia". Parece que los reclamos fueron escuchados.

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