Materiales sustentables

El uso de algodón agroecológico santiagueño en la confección de prendas de vestir

Atento a las nuevas tendencias de cuidado del medio ambiente, Somos Fibra, la marca del INTA, incorporará este material a fin de generar proyectos innovadores, considerando el impacto que generan en la escala social y ambiental.

Por Natalia Marchesi | 08-12-2020 02:30hs

Tanto a nivel nacional como internacional, los consumidores son cada vez más conscientes de sus hábitos y de los productos que consumen con respecto al daño que podrían ocasionar al medio ambiente.

La moda, por su parte, no se encuentra exenta de esta tendencia, ya que los materiales que se emplean para la confección, junto con los químicos agregados, la energía que se utiliza en el proceso de fabricación, o el destino final de cada prenda producen, a la larga, un impacto en el medio ambiente.

En este contexto y siguiendo los nuevos parámetros de consumo, la marca Somos Fibra, perteneciente al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), supo detectar estos nuevos hábitos incorporando a la confección de sus productos el algodón agroecológico santiagueño.

 

Sin embargo, su conciencia ambiental y social no concluye solamente con esa acción, la confección de su colección está a cargo de las artesanas del grupo Teleras de Atamisqui de Santiago del Estero, con el objetivo de recuperar la producción de fibras textiles autóctonas como es el algodón local. Este saber ancestral es el valor agregado de esta producción.

Túnicas, chalinas de verano y una línea de bolsas son algunas de las nuevas propuestas que se podrán encontrar en el catálogo de Somos Fibra, diseñadas en base a grandes planos monocromáticos que, en algunos casos, se tiñen y, en otros, se mantiene el color natural de la fibra.

 

No cabe dudas, esta tendencia llegó para quedarse, y el INTA no sólo considera la sostenibilidad como premisa fundamental al momento de generar proyectos innovadores,sino también el trabajo que se realiza con las comunidades autóctonas, en las que se genera mano de obra y se involucra a jóvenes y mujeres en una producción limpia, sin residuos de sustancias químicas.

Esta actividad se integra también con la producción de alimentos regionales, disminuyendo los daños ocasionados por las plagas, y buscando combatirlas, junto con las enfermedades, a través de productos orgánicos.

Por último, a este proyecto no le podía faltar la faceta innovadora. La misma, se basa en la utilización de las nuevas tecnologías y el comercio electrónico como herramienta para dar a conocer la producción artesanal y de diseño a los nuevos mercados, a fin de potenciar el desarrollo económico de este tipo de emprendimientos.

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Foto de portada: INTA

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