7 de junio

¡Feliz Día del Periodista!

Se cumple hoy un nuevo aniversario de la primera publicación de la GAZETA DE BUENOS AIRES, cuyo editor fue Mariano Moreno. En 1938 se designó esta fecha en nuestro país como homenaje a quienes ejercen el periodismo.

Por Jorge Pirotta | 07-06-2020 09:00hs

La Revolución de Mayo necesitaba comunicar sus ideas, sus principios y sus actos de gobierno. Por eso la Primera Junta decretó, el 1º de junio de 1810, “salga a la luz un nuevo periódico semanal con el título de Gazeta de Buenos Aires” y designó a Mariano Moreno como su editor responsable.

El 7 de junio, se editaba el primer ejemplar del periódico revolucionario que comenzaba significativamente: “Rara felicidad la de los tiempos en que es lícito sentir lo que se quiere y decir lo que se siente”, frase de Cornelio Tácito, historiador del Imperio Romano del siglo I de n.e.

El 25 de Mayo de 1938 se realizó en Córdoba el Primer Congreso de Periodistas, el cual decidió instituir el 7 de junio como Día del Periodista y sentó las bases de lo que posteriormente sería el Estatuto Profesional de Periodismo (Ley 12.908) sancionado por el Congreso Nacional el 18 de diciembre de 1946 y publicado en el Boletín Oficial el 4 de febrero de 1947.

Ya en octubre de 1944, el en ese momento coronel Juan Perón abogaba por la creación del Estatuto, afirmando que el panorama social que ofrecía la prensa mostraba el contraste tremendo entre “unas empresas demasiado ricas con periodistas demasiado pobres”.

En tal sentido, el entonces secretario de Trabajo y Previsión planteaba la necesidad de exigir para los periodistas: “… una retribución decorosa, ya que año tras año salen del erario público con destino a las cajas de las empresas millones de pesos en concepto de publicidad oficial y se otorgan franquicias o se cancelan derechos aduaneros en un verdadero subsidio estatal, que no podía ser en exclusivo beneficio patronal, sino de todos los que contribuyen con su esfuerzo fecundo al engrandecimiento de nuestra prensa”.

Durante su gobierno, Perón acompañó e inauguró el Congreso Nacional de Periodistas que se realizó en septiembre de 1951. Allí planteó la disyuntiva entre ideales e intereses a la hora de reflejar informaciones en la prensa y dejó en claro su inclinación a favor del trabajo periodístico ejercido con libertad y apoyado en ideales: “Si una condición no puede ser renunciada por el periodista, es la de ser un hombre libre”, enfatizó el entonces Presidente de la Nación.

Han pasado muchos años de aquel entonces, el desarrollo de las comunicaciones cambió la faz de la Tierra y la comprensión que de ella tenemos los seres humanos. Ya en la década de los ’60 el sociólogo canadiense Marshall McLuhan lanzó el concepto de la “Aldea Global”, simbolizando la creciente facilidad para acceder a información de todo el mundo.

Dos décadas después nacía Internet, desde las entrañas de un proyecto militar estadounidense, y en la década de 1990 comenzó a ser una realidad creciente que dio origen, entre otras cosas, a las redes sociales y al periodismo digital, como el que ejercemos nosotros en El Agrario.

Pero, a pesar de tantos cambios tecnológicos, la esencia del periodismo y su relación con la información siguen siendo las mismas. El ejercicio del periodismo requiere suma responsabilidad y, ante todo, honestidad intelectual para mostrar todas las facetas de la información, siendo conscientes todo el tiempo que siempre va a existir tensión entre ideales e intereses, y que en esa disyuntiva navega el periodista permanentemente.

Lo que está muy claro es que no puede concebirse una sociedad democrática y libre si no se garantiza el libre ejercicio del periodismo, y que aunque pasen los años y los cambios se acumulen, conceptos como el que cierra esta nota siguen teniendo una vigencia indiscutible:

“La verdad, como la virtud, tienen en sí mismas su más incontestable apología; a fuerza de discutirlas y ventilarlas aparecen en todo su esplendor y brillo: si se oponen restricciones al discurso, vegetará el espíritu como la materia y el error, la mentira, la preocupación, el fanatismo y el embrutecimiento, harán la divisa de los pueblos y causarán para siempre su abatimiento, su ruina y su miseria”. Mariano Moreno, Gazeta de Buenos Aires, 1810.


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