La traducción de fluffy al español es “esponjoso” y es que al ver las fotos de estas vacas no es posible pensar en otra definición. Esta raza bovina se caracteriza por ser la de mayor pelaje en el mundo y también por ser una de las que más cuidados estéticos demandan.

Criadas en Iowa, Estados Unidos, por la granja Lautner Farms se hicieron famosas hace poco tiempo gracias a las redes sociales. Phil Lautner, propietario del establecimiento, es experto en genética y cría estos ejemplares para exhibición en ferias y rodeos. La “vaca de peluche” es la cruza de dos razas que se destacan por el pelaje y una estatura pequeña (Highland y Shorthorn), por lo que alcanzan una altura de hasta 1,5 metros.

Debido a su auge en el mundo digital ya existen otras granjas norteamericanas que las promocionan como la “nueva mascota”. Y así plantean que es posible desarrollar una versión en miniatura, realizando cruzas con una de las 26 razas más pequeñas, que posibilitarían la adaptación de estos animales a los hábitos domésticos.

Pero, ¿cómo se logra esa apariencia que provoca suspiros? Con mucho trabajo y dedicación. Conseguir un pelo mullido implica meses de cuidado, alimentación especial y mucha peluquería, como cualquier reina de belleza. El mantenimiento del pelo exige lavado con productos especiales que lo suavizan, peinado y secado para ir logrando la forma deseada. Prepararlas para los concursos lleva horas de trabajo, acondicionadores y spray fijador.

Y por supuesto, con este nuevo look para las vacas ya hay muchas personas incursionando en el negocio de mejorar la apariencia de los animales que se presentan en shows. Y existen quienes se animan a promocionar spas y aquellos que se especializan tanto en pezuñas como en pestañas.

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