COMERCIO EXTERIOR

Mais trigo, menos importação

Brasil tiene un objetivo claro que es equilibrar la balanza comercial triguera. El desafió planteado, autoabastecerse del cereal, o al menos disminuir las importaciones, nos ponen en alerta ya que el país vecino es nuestro principal cliente en trigo.

Por Gerardo Gallo Candolo | 20-09-2020 11:34hs

En los últimos 10 años Brasil creció en su producción de soja de 70 a más de 120 millones de toneladas mientras que nuestro país está estancado en unas 50 millones. Posiblemente el factor más importante sea el apoyo de su gobierno, que mediante políticas públicas apropiadas, incentiva a sus productores a invertir y crecer. Otro de los objetivos declarados por sus gobernantes, desde hace años, es la ocupación de territorio, en este caso se suma la producción ganadera, que es una de las más efectivas para ese fin.

En los años 90, Brasil se planteó ser el principal exportador de carnes del mundo y, en pocos años, considerando los tiempos dilatados de la ganadería vacuna, alcanzó ese objetivo como tantos otros, como carne de cerdo o aviar, que nuestros vecinos se propusieron.

Pero estas políticas de estado siempre estuvieron acompañadas por bases técnicas y científicas desde la Empresa Brasileira de Pesquisa Agropecuária (Embrapa), Institución estatal de Brasil fundada en 1973 a imagen y semejanza de nuestro INTA, nacido en 1957. La primera decisión que tomó Embrapa en su nacimiento fue invertir en capital humano enviando unos mil técnicos a capacitarse a centros de investigación de avanzada del mundo. Muchos de los logros obtenidos por Brasil en temas agropecuarios tienen su base en ésta Institución que acompaña con bases técnicas y científicas cada desafío propuesto.

En aquellos años, 73-75, en la Cátedra de Climatología de la FAUBA, me cruzaba con un técnico brasilero que se capacitaba en temas agroclimáticos para hacer crecer, principalmente, la producción de trigo en su país. El desafió planteado era autoabastecerse del cereal, o al menos disminuir las importaciones. Ya que el trigo es un cereal de climas fríos lo poco sembrado en el vecino país se logra en los estados del Sur, donde debe competir por el uso del suelo con cultivos alternativos más rentables. Pero noticias de los últimos días nos ponen en alerta ya que Brasil es nuestro principal cliente en trigo y los molinos del norte brasilero son abastecidos especialmente por trigo argentino.

Justamente, en el estado de Cearà, en el NE brasilero, se logró la primera cosecha de 5.300 kilos por hectárea con un trigo de tan solo 75 días de ciclo entre varios materiales ensayados por el Embrapa. El objetivo en este caso es muy claro, equilibrar la balanza comercial triguera.

Aunque el resultado de esa parcela cabría hoy en una tolva autodescargable, el logro de nuestro vecino debería llamarnos a la reflexión. Nunca es tarde para las buenas decisiones: la de fijar políticas de estado, aquellas que trascienden gobiernos y sus beneficios se extienden a toda la sociedad.

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