PRODUCTORES

Nunca es tarde para hacerlo bien

Por Gerardo Gallo Candolo | 06-12-2020 09:45hs

En los últimos años se observa un crecimiento sostenido de las siembras de maíz tardío, tanto que ya representa más de la mitad de la superficie sembrada con este cereal. El corrimiento de las lluvias, sobre todo en años niña o neutros, los mejores materiales en cuanto a resistencia a enfermedades y los eventos que les dan resistencia a insectos son algunos de los factores por los cuales los productores adoptaron esta estrategia productiva.

Aunque es cierto que las siembras tardías tienen menos potencial de rinde unitario que las siembras tempranas, también es notable que el potencial que tenemos en siembras tardías o de segunda está lejos de alcanzarse por ciertas prácticas que pueden mejorarse. En resumen, podemos decir que son tres esas prácticas observadas y que hoy nos están restando producción: relacionadas principalmente a genética, densidades de siembra y nutrición.

Es común elegir los mejores lotes para siembras tempranas utilizando los híbridos de mayor potencial, dejando los materiales de menores rindes para las siembras de diciembre.

Otra práctica común es ver lotes de siembras tardías con menores plantas que las recomendadas. En la zona núcleo no debería bajar de las 75 mil plantas por hectárea, y en algunos casos, si nos vamos al Sur de la provincia de Buenos Aires y con ciclos medios a cortos, deberíamos tener incluso algunas plantas logradas más.

La nutrición es primordial en los planteos tardíos. Los productores saben que los lotes en diciembre tienen mayor cantidad de nitrógeno que a principios de la primavera, ya que la mineralización observada va de la mano con el aumento de las temperaturas, pero no son suficientes para alcanzar los rindes posibles; es preciso entonces hacer el diagnóstico correcto y no limitar el abono necesario. También se observa en estas siembras un menor uso de fertilizantes fosforados y una total ausencia del uso de zinc y otros micronutrientes que ya se están generalizando su uso en siembras tempranas.

En esta etapa del año donde empezamos a sembrar nuestros maíces tardíos o de segunda tengamos en cuenta que la elección del hibrido no debe ser por precio sino por el potencial que puede darnos el lote asignado; ahorrar en la inversión de un mejor híbrido puede resultar caro, como, asimismo, el hecho de sembrar poca semilla, además de no lograr una mejor estructura del cultivo que dificulte el desarrollo de malezas.

Para una buena nutrición deberíamos hacer los análisis suficientes para identificar el estado nutricional del lote e incluso de sectores del lote, para alcanzar el potencial esperado.

Y, por último, sea ambicioso en los rindes potenciales que espera del lote e invierta lo necesario para alcanzarlo; y si no está convencido de ello hágalo en una pequeña franja de cada lote y en el próximo año, créame, lo va a recomendar a sus vecinos.

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