El festejo tradicional por el ‘Día del niño’ se celebra en Argentina desde 1960 a partir de la recomendación de la ONU para que cada nación destine un día a promover el bienestar de niñas y niños con actividades sociales y culturales.

De esta manera, en agosto, todos los años se celebra a lo ancho y largo de nuestro país la celebración de las infancias, buscando la participación de niñas, niños y adolescentes en actividades de reflexión de sus derechos, en especial, en este día el derecho al juego, la recreación y el esparcimiento.

Pero, con el devenir del desarrollo y cambios culturales y sociales, la denominación "Día del niño" empezó a quedar sesgada. Por eso, finalmente, en 2020, la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF), perteneciente al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, decidió renombrar el tradicional festejo del tercer domingo de agosto como "Día de las Infancias".

El objetivo de la nueva denominación es poner el enfoque en los derechos con perspectiva de géneros y diversidad, expresando la diversidad de las vivencias de la niñez.

En su momento, el secretario Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, Gabriel Lerner, explicó: "Proponemos dejar de decir ´día del niño´, porque queremos celebrar la diversidad de toda la niñez. Es muy importante que el estado acompañe las transformaciones culturales que estamos viviendo e impulse cambios que colaboren en visibilizar inequidades, y favorezcan prácticas más inclusivas".

Decir niño no alcanza para representar las experiencias heterogéneas y múltiples de la niñez.

"Decir niño no alcanza para representar las experiencias heterogéneas y múltiples de la niñez. Desde el Estado queremos nombrar una jornada en plural, que celebre a cada chica, chico, chique, gurí, changuito, mitai en guarani, weñi en mapudungun, y sus diversos modos de vivir esta etapa de la vida", especificó Lerner.

Las palabras que elegimos utilizar para referirnos al mundo que nos rodea expresan perspectivas sobre ese universo, por eso la antigua denominación no reflejaba la diversidad de infancias existentes. Con la nueva manera de referirnos al festejo, se visibiliza esa multiplicidad de situaciones y permite, a su vez, poner el foco en las diferencias que, muchas veces, denotan desigualdades y carencias que desde el mundo adulto corresponde entender y subsanar.

Con el más cálido afecto, desde la redacción de El Agrario, saludamos a todas las infancias en su día, deseando que, mediante el juego y la recreación que se incentiva en este día, sea posible el reconocimiento de las otredades en su amplitud de perspectivas y situaciones, así como la reflexión y conocimiento sobre los reales derechos de las niñas, niños y adolescentes, para formar adultos sanos y justos, en un mundo cada vez más empático y próspero.